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La marihuana y el aumento de homicidios

Por Jorge Ciasullo

Cuando el entonces Presidente Mujica promovió la ley de marihuana para combatir el narcotráfico y la adicción a la pasta base de cocaína, surgieron opiniones y advertencias, incluso a nivel internacional, sobre los efectos dañinos que provoca el consumo de esa hierba. En esta página, por ejemplo, se publicaron más de 250 artículos, Lamentablemente, todo fue inútil.

La pasada semana el Ministerio del Interior difundió las cifras respecto a homicidios y rapiñas del primer semestre de 2018. De acuerdo a ellas y en comparación al primer semestre de 2017, los homicidios aumentaron un 66,4%, mientras que las rapiñas aumentaron un 55,8%.

Este escalofriante resultado ha llevado a preguntarse: ¿Qué incidencia puede haber tenido la ley que reguló el mercado de la marihuana en el año 2013 en el aumento de esos delitos?

La incidencia fue determinante. En efecto, analizados los resultados no en base a teorías o charlas de café, -como lo sostenido por el Presidente Mujica, cuando además de la “reducción del daño”, agregaba en sus clásicos dislates que, con la ley, se combatiría el comercio ilegal de la droga y poco menos desaparecería el narcotráfico- a la vista de los resultados nada más lejos de la realidad.

El sociólogo Marcos Baudeau, divulgó los resultados preliminares del estudio que desarrolla Monitor Cannabis, señalando que la regulación de la marihuana provocó un “estrangulamiento” del mercado ilegal que disparó disputas por los territorios entre narcotraficantes (Carve 850-03.08-2018).

Si analizamos estas conclusiones desde dos aspectos- violencia y resultados- veremos que se está ante un verdadero desastre desde donde se le mire.

Hay más violencia en el interior y en barrios montevideanos. En la frontera con Brasil, particularmente en el Chuy, así como en Minas, San Carlos y Salto, según el Ministerio el Interior, bandas rivales se disputan a sangre y fuego el control del territorio y de los millones de dólares que ello significa. Lo mismo ocurre en barrios periféricos de Montevideo, en los cuales sus vecinos conocen hasta el nombre de los cabecillas.

De las 1200 farmacias registradas, sólo 12 han aceptado vender marihuana. Es hasta irónico que comercios cuyo fin es vender productos que favorezcan la salud, vendan productos que la perjudican. Porque ya nadie en sus cabales discute el daño que el consumo de marihuana- salvo aquella medicinal bajo receta profesional- es dañino, provocando efectos devastadores sobre la inteligencia y la memoria.

En definitiva según cifras oficiales, sólo el 15% del consumo está, en cierta forma, controlado.

Por si lo anterior fuera poco, al contrario de lo sostenido- otro disparate expresado por el entonces Presidente Mujica- de que legalizar el consumo y venderlo a precios accesibles en dosis controladas, llevaría a dejar el “paco” sumamente dañino y pasarse al consumo controlado de la marihuana, el tránsito ha sido a la inversa, de la marihuana al paco y drogas más pesadas, como reiteradamente se advirtió que pasaría.

Hace 50 años o más, como se comentó en esta página, no se conocían los efectos adversos del consumo de tabaco y sus efectos cancerígenos. Por esa razón, conocidos y divulgados con bases científicas, todos aplaudimos, la campaña del Presidente Vázquez en el combate al tabaco y su enfrentamiento exitoso con una multinacional.

Por esa misma razón también, no comprendemos, porque el Presidente Vázquez, que sin ninguna duda por su formación profesional, conoce acabadamente los resultados del consumo libre e irresponsable de drogas, nada hace para derogar esta ley y a la vez combatir desde todos los ángulos posibles el narcotráfico.

El Presidente Vázquez, como tal, es el primer responsable de la salud que constitucionalmente debe el estado brindar a la población, en consecuencia, ¿no quiere o no puede? Tal vez un día tengamos la respuesta, mientras, los daños, especialmente en la juventud son y serán irreparables.
Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.