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Politización de la Policía
 Los ascensos de los jerarcas policiales se hacen ahora “a dedo”, evitándose los cursos o concursos.
Invocando el artículo 202 de la ley 19.355, el Presupuesto Nacional de 2015, el Ministerio de Interior ha impuesto la práctica de disponer los ascensos de los funcionarios policiales por el criterio de la selección, lo que rige para todos los grados del escalafón y no sólo para las posiciones más jerárquicas, que es lo que ocurre con los generales de las Fuerzas Armadas, algunos de los cuales pueden ser promovidos directamente por el Poder Ejecutivo. La ley de presupuesto le da una amplia y total facultad al gobierno, que puede ascender por su propia voluntad a todos los jerarcas e incluso a los funcionarios de menor jerarquía, con la única limitación de que haya vacantes.
La resolución del 5 de julio pasado, cuya reproducción adjuntamos, asciende a 20 funcionarios al grado máximo del escalafón, comisario general, sin curso ni concurso, prevaleciendo por lo tanto la voluntad de los responsables políticos del Ministerio.
Tradicionalmente, los ascensos en la Policía se hacían tras cumplirse con una serie de exigencias, como la antigüedad en el grado, el tiempo de permanencia en el mismo y cursos para ascender o concursos habilitantes. Ahora no se tienen en cuenta ninguna de esas condicionantes, desde que el Presupuesto de 2015 impuso reformas a la ley orgánica policial, dándole amplias facultades al Ministerio de Interior.
De esa forma, la politización de los mandos policiales es inevitable, ya que la señal que se trasmite a los jóvenes oficiales que deseen mejorar en su carrera policial, es la de que es necesario pertenecer al círculo de amigos del Ministerio, que son quienes serán tenidos en cuenta en las sucesivas tandas de ascenso.
El asunto no es casual ni gratuito: se trata de una deliberada acción política que mucho daño le hace a la Policía. Y a la población, que sufre las consecuencias de contar con servicios de seguridad menos profesionalizados y eficientes. |
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