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Con las manos atadas
 El gobierno –y lamentablemente el país en su conjunto– sigue con las manos atadas en materia internacional. Se diluye la posibilidad de hacer un acuerdo comercial con Europa y es remota la eventualidad de consagrar exitosamente las negociaciones con China.
La falta de audacia y de visión gubernamental para encarar la inserción internacional del país, al permitir que la bancada parlamentaria y la central obrera hayan paralizado los intentos de realizar acuerdos de libre comercio, lleva al país a una posición de arrinconamiento, que fatalmente le va a provocar menores oportunidades para sus exportaciones y para la generación de empleo.
Mientras el Frente Amplio sigue discutiendo en su interna el Tratado con Chile –que no será muy influyente para bien o para mal, según reconoció el senador José Mujica, pero al que se le demora igualmente– el muy promovido acuerdo entre el Mercosur y Europa pierde chances, ya que los negociadores europeos han reducido al máximo posible el alcance de las normas que se aceptarían. El Dr. Vázquez dijo que no está dispuesto a firmar un acuerdito pero la declaración se asimila más bien a un pretexto, tras haber estado durante tres años promoviendo las bondades de ese Tratado y advertir ahora que las promesas se desvanecen inexorablemente.
Mientras tanto, los expertos señalan que un Tratado de Libre Comercio con China sería enormemente ventajoso, porque permitiría que nuestras exportaciones, que hoy tienen un arancel promedio del 7%, pudieran colocarse con arancel cero, como hacen Australia y otros países que ya han acordado con China. Los analistas señalan además que la potencia asiática tiene interés en avanzar en la negociación con el Mercosur, no tanto por Uruguay sino porque ello reforzaría su posición en América Latina.
Pero el asunto no es sencillo, porque Paraguay, que no tiene relaciones con China y mantiene su vínculo con Taiwán, no podría firmar un TLC de ese tipo, por lo que la negociación colectiva del Mercosur se haría impracticable.
Atado de manos, el gobierno tiene muy poco margen de acción, pese a su insistente discurso aperturista que, lamentablemente, no ha tenido repercusión en la propia coalición oficialista, cerrilmente negada siquiera a considerar las oportunidades.
Así estamos: el Poder Ejecutivo apunta hacia un lado y la bancada del gobierno hacia el otro. En tiempos en los que es imprescindible andar con rapidez y con claridad de objetivos a nivel internacional, los gobiernos del Frente Amplio nos vienen hundiendo en la mediocridad y la vergüenza, sometiéndonos a Venezuela, a Nicaragua y a los palestinos... |
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