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La madre de todas las batallas

Por Luis Hierro López

Eduy21, la organización de la sociedad civil que promueve reformas en la Enseñanza, propuso ideas innovadoras y contó con amplio respaldo. Falta saber si los sindicatos y los sectores políticos intransigentes se sumarán a la renovación

Fue interesante y prometedora la presentación del Libro Abierto de Eduy 21, una propuesta inicial que convoca a nuevos aportes. El acto en el salón de los Pasos Perdidos estuvo marcado tanto por la presencia de muchos dirigentes políticos como por algunas ausencias, especialmente del oficialismo y de la central sindical. El camino que se abre es de renovación y de “cambio radical”, como lo definió el historiador Gerardo Caetano, quien opinó que las grandes transformaciones requieren amplios acuerdos políticos y sociales.

Se propone una nueva ley de educación que le dé al Ministerio de Educación el liderazgo y la responsabilidad política que hoy no tiene y que reconozca un Codicen con una fuerte capacidad rectora, de la que hoy carece. Eso supone una reforma de fondo, relegando la preponderante posición que hoy tienen los sindicatos y las corporaciones, ya que si bien se admitirían en los organismos directivos las delegaciones de los docentes, las mayorías corresponderían a los representantes del Poder Ejecutivo, designados tras las venias del Senado.

Las propuestas de Eduy21 tienen muchas otras aristas interesantes y removedoras desde el punto de vista pedagógico, pero el carozo político está referido a ese punto sustancial y que trata de responder a la antiquísima pregunta de quién manda en la Enseñanza. La respuesta es clara para Eduy 21 y para la mayoría de los partidos políticos presentes en el acto de presentación del Libro Abierto: deben mandar los representantes legítimos del cuerpo electoral, designados a través del procedimiento establecido por la Constitución. Ese principio, que parece elemental, es precisamente el que no se cumple en Uruguay, a partir de la mala ley de educación de 2008 y sobre todo a partir de la docilidad cómplice que el Poder Ejecutivo ha tenido con los sindicatos y las corporaciones educativas. Algunos grupos frenteamplistas han hecho de la Enseñanza su coto de caza y en alianza con sectores sindicales han impuesto una repartija cuyo resultado es la mediocridad. Mandan más que el propio presidente de la República, lo que quedó demostrado cuando el Dr. Vázquez, en un caso único en la historia,  tuvo que retirar una propuesta de esencialidad de los servicios ante una ola de paros y huelgas; o cuando Mujica archivó resignadamente algunas propuestas reformistas porque los sindicatos “no me las llevan”.

Las ausencias en el acto del Palacio Legislativo de los dirigentes del sector mujiquista y sus aliados comunistas así como de los principales voceros de la central sindical, abren grandes interrogantes. Las apresuradas críticas al Libro Abierto de parte del consejero de Primaria Pablo Caggiani quien se opuso sin poder fundamentar sus razones de fondo y tuvo que atenerse a la anécdota de que en la presentación no había mujeres, muestran que el camino que se inicia estará lleno de escollos.

Uruguay tiene muchos desafíos, pero éste es el principal, ya que no tendremos destino con la Enseñanza estancada o en retroceso. La iniciativa de Eduy 21 pone en marcha una esperanza, que se podrá concretar si los ciudadanos la hacen suya y la empujan, en el plano de la opinión pública defendiéndola y promoviéndola, y en el plano electoral, comprometiéndose con los partidos y candidatos que promueven realmente los cambios y dando la espalda definitivamente a los supuestos progresistas, que resultan ser profundamente reaccionarios y que tienen de rehén al país.
Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.