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La hemiplejia moral
 Todo el gobierno, con nuestro alicaído Presidente incluido, inauguró un memorial frente al penal de Libertad. Por supuesto, resulta ya morboso esta machacona insistencia en el victimismo frentista durante la dictadura, que procura esconder su adhesión al golpe de Estado en febrero de 1973. Pero aun aceptando la idea, lo que no es respetable es la hemiplejia moral, porque del otro lado, la Cárcel del Pueblo, que no fue del Estado sino de la insurrección contra las instituciones, yace en el olvido.
Para el Frente Amplio solo hubo dictadura. No hubo antes la guerrilla que sacó a los militares de los cuarteles. Solo hubo torturas en los centros militares y no es tortura secuestrar un Embajador, meterlo en una jaula bajo tierra, debajo de las cloacas de una casa, sin luz y con aire sofocante en medio de la incertidumbre sobre su vida. Tampoco secuestrar a un político importante y exigirle al gobierno la liberación de sus presos, es un acto terrorista. Matar a cuatro soldados de guardia, por sorpresa, no es un acto de guerra. O secuestrar y torturar a un industrial como el señor Sergio Molaguero, uno de cuyos autores, el subsecretario del Ministerio de Interior señor Jorge Vázquez, estaba en la primera fila del acto, no es un atentado a los derechos humanos.
Realmente vivimos un mundo de conceptos históricos tergiversados. El Frente Amplio ha tenido mucho éxito en esa operación de distorsión de la realidad. De a poco, la verdad se va abriendo paso con libros como los del Dr. Sanguinetti, Alfonso Lessa, Leonardo Haberkorn y otros, pero es lento y difícil frente a la masa de propaganda que ha construido esos falsos simbolismos. |
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