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Las trabas de Maduro para que los venezolanos no se vayan

El régimen de Nicolás Maduro impone intencionalmente todos los obstáculos posibles para dejar a los viajeros sin opciones de salida, según el informe de la periodista Sabrina Martín que acá reproducimos

Venezuela enfrenta la mayor inflacióndel mundo, los salarios más bajos de la región, una escasez de alimentos y medicamentos única en su historia; 1a esto, se suma la imposibilidad de salir del país y de cómo la dictadura va cercando a quienes desean huir de la crisis.

Mientras países como Perú, Brasil y Colombia se han mostrado dispuestos a recibir venezolanos; Nicolás Maduro ha decidido poner todos los obstáculos posibles, no solo para quienes desean migrar, sino para todos aquellos que deseen viajar a cualquier país del mundo; ya sea por aire, por tierra o por mar.

Vemos pues cómo poco a poco Venezuela se convierte en otra Cuba del continente, con miles de ciudadanos comiendo de la basura, muriendo por falta de medicamentos; y por otros que fallecen como “balseros” intentando llegar por mar a otras tierras.

Sin pasaporte

La Declaración Universal de los Derechos Humanos establece que “toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar”; esta, justamente es otra de las violaciones al derecho internacional por parte de la dictadura que tiene a miles de venezolanos esperando renovar su pasaporte, y que mantiene a otros miles varados en cualquier parte del mundo.

En principio la excusa del régimen era que “no había material” para imprimir el pasaporte; sin embargo ya no hay alegatos; simplemente le cobran a los venezolanos un monto para adquirir el documento, pero puede pasar más de un año sin que el mismo sea impreso; entre tanto, el usuario está atrapado.

Y es que los innumerables inconvenientes que dificultan el proceso de renovación son dignos de contar y plasmar en un libro.

La escasez de material, el pago a mafias o, en su defecto, una página web que está en constante “mantenimiento” son parte de las trabas que cada ciudadano debe pasar para poder contar con un pasaporte y movilizarse así por cualquier país de forma legal.

Pero si un venezolano “afortunado” logró obtener el pasaporte ya sea por la vía del “mercado negro” a través de mafias, o porque “por suerte” logró que le imprimieran el pasaporte, no escapa de las otras innumerables dificultades para poder salir de Venezuela.

Sin aerolíneas y con las fronteras cerradas

Nicolás Maduro no ha sabido esconder su crueldad hacia los venezolanos y recientemente con sus acciones ha dejado claro que su intención es dejarlos lo más aislados posible; voy a explicar por qué:

El pasado 9 de enero el régimen anunció que mantendrá cerrada la frontera aérea y marítima con Aruba, Curazao y Bonaire.

Para esa oportunidad, informó que sería por 72 horas mientras se buscaba una supuesta solución que frenara el “contrabando” de alimentos.

El 12 de enero el gobierno de Curazao se reunió con el de Venezuela donde se firmaron ciertos acuerdos; sin embargo un mes después, Nicolás Maduro no ha hecho nada dejando a los venezolanos plantados en tierra criolla.

Si la solución del régimen fuera acabar con el contrabando de manera radical hubiese tomado entre otras medidas mayor seguridad en los puertos y aeropuertos así como mayor patrullaje marítimo, pero la verdad es que su intención es dejar a los venezolanos sin poder viajar.

Quienes viajarían a las islas por Carnaval o por cualquier otra razón, no pueden llegar a sus destinos solo por ser venezolanos; por orden del régimen, aerolíneas como Avior o Air Aruba continúan viajando a las islas pero solo pueden trasladar a “pasajeros de nacionalidad extranjera, o venezolanos con residencia física y vigente en dichas naciones insulares”.

Esto solo deja en evidencia que la finalidad de Maduro no es acabar con el contrabando sino perjudicar a los venezolanos que desean viajar.

Además aerolíneas como Aeropostal, Delta Air, Avianca, United Airlines, Lufthansa, Gol Airlines, Tame, entre otras, se vieron resignadas por no poder negociar con el régimen de Nicolás Maduro, que no paga las millonarias deudas pendientes, sino que además no ofrece las condiciones necesarias para que estas empresas ofrezcan vuelos seguros y de calidad en Venezuela. Estas aerolíneas que conectaban a los venezolanos con el mundo decidieron abandonar el país suramericano.

Pero otra novedad perjudicará aún más el flujo de los venezolanos por la frontera terrestre; de “la noche a la mañana” Maduro anunció la instalación de una policía de Control Migratorio en el estado Táchira, estado fronterizo con Colombia.

“En los próximos días estaremos instalando la Policía de Control Migratorio en el estado Táchira y todo el eje fronterizo”, dijo Néstor Reverol, ministro de Interior y Justicia.

Indicó que además, se conformará el Estado Mayor Cívico-Militar en la entidad para reforzar la seguridad de la ciudad. Aseguró que se están ajustando los detalles para la elaboración de la tarjeta de movilidad fronteriza.

Esta información puede traducirse en más controles y obstáculos para quienes desean salir de Venezuela a través de la frontera.

Ahora los emigrantes no solo deben lidiar con las “mafias de carretera” que asaltan a los viajeros para robarles sus pertenencias, sino también con estos policías de “Control migratorio”.
A esto, se suma que quienes llegan a la frontera en Táchira se ven obligados a hacer una fila que dura aproximadamente dos días, pues el SAIME que es el organismo que controla la migración en Venezuela, alega que “no hay sistema” para sellar los pasaportes.

Imposible acceso a dólares

Pero como si todo lo anterior no se asemejara a una “película de terror”, el panorama empeora cuando un venezolano quiere salir de su país pero no puede acceder a dólares.

Es de conocimiento general que el dólar es una divisa universal aceptada en casi todos los países del mundo; sin embargo en Venezuela la situación es peculiar, pues con la llegada de Hugo Chávez al poder se instaló un control de cambio en el cual los venezolanos deben pedir una especie de “permiso” al Estado para que le dé dólares a cambio de bolívares.

El Estado decide a qué persona aprobarle las divisas y a qué monto; convirtiéndose así en un sistema perverso y discriminatorio.

Esa es la razón principal por la que el venezolano común decide comprar divisas en el mercado negro pero a precios inalcanzables.

Cada dólar en Venezuela cuesta 220.000 bolívares y el salario integral de los ciudadanos es de 2 dólares, por lo que si para salir del país por tierra y caminando un emigrante necesita mínimo 500 dólares; necesitaría mínimo 20 años de ahorro para poder emigrar.

Pero si eso sucede con los venezolanos que desean emigrar por tierra, imaginen lo que sucede con los viajeros que desean salir vía aérea.

Quienes aspiran salir del territorio a través de un vuelo, tienen que confrontar altos precios que llegan a costar hasta más de doscientos sueldos mínimos. Es difícil conseguir un vuelo inferior a los USD $1000.

Con el salario mínimo, para que un venezolano pueda adquirir un boleto de avión económico (entre USD $300 y $500), tendría que ahorrar entre 60 y 100 salarios mínimos.

No hay cómo apostillar

Como si todo esto no fuera suficiente, continúa el drama de legalizar y apostillar (certificar) documentos. Los emigrantes pernoctan en las calles de Venezuela para obtener documentación legal.

Para migrar al extranjero, los documentos deben ser apostillados para tener legalidad en el mundo; esto sucede con partidas de nacimiento, títulos universitarios, actas de matrimonio; etc.

La situación es que en Venezuela para apostillar hay que pedir una cita por internet; sin embargo, el régimen mantiene esta opción bloqueada o con meses de retraso.

Una persona que desee realizar dicho procedimiento debe esperar a que la página esté en funcionamiento, pero como la dictadura decide complicarlo todo, no habilita esta opción sino cada cierto tiempo; y ante las constantes fallas de internet obliga a que los usuarios se conecten en la madrugada para “con suerte” puedan obtener la cita.

Además luego de ello hay que introducir los documentos en los diferentes registros de las ciudades en donde la pernocta en las oficinas del Servicio Autónomo de Registros y Notarías (Saren) se ha vuelto una práctica común.

En resumidas cuentas, los venezolanos que viven alrededor de trasnochos, inseguridad y burocracia, se encuentran intencionalmente atrapados por un régimen cruel que ha instaurado el secuestro como política de Estado.
Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.