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Los verdaderos desafíos

Las discusiones públicas suelen girar en torno a cuestiones efímeras que no tendrán influencia en el destino de nuestros pueblos, sostuvo el Dr. Julio María Sanguinetti en una reciente columna publicada en La Nación de Buenos Aires. Lo que importa es identificar, por debajo de ese ruido, los temas de fondo.

Google, Amazon, Facebook, Apple y Microsoft son las cinco empresas con mayor valor en Bolsa. Hace diez años las posiciones principales eran las petroleras y las automotoras. Las acciones de Apple valen 896.000 millones de dólares. Las cinco sumadas están cerca del PBI de Alemania. Google canaliza el 80% de la publicidad online. Apple ya no es solo smartphones; ahora está generando contenidos de televisión y acaba de contratar la producción de dos temporadas de una futura serie, protagonizada por Jennifer Aniston y Reese Witherspoon.

¿Qué significa esto? Que el tiempo ya no es más lineal, sino exponencial. Por eso el teléfono precisó 75 años para llegar a 50 millones de personas; la radio, 38; la TV, solo 13 años e Internet, apenas 4.

En este mundo global y digitalizado, no solo brillan esos ganadores. A su costado, agitándose como despojos que se niegan a morir, están los perdedores. Kodak inventó la cámara digital y llegó a valer 26.000 millones de dólares; hace cinco años se declaró en quiebra y hoy sigue luchando por sobrevivir. Yahoo, en 2008, valía 44.000 millones; el año pasado se vendió en 4800 a Verizon.

Dinamarca y Francia han nombrado embajadores ante esas nuevas potencias digitales, de hecho, elevadas a la condición de Estado. Estos días se anuncia que Spotify, la aplicación de música a pedido de origen sueco, hace un acuerdo con su colega de China, para agregar 700 millones de personas a su posible clientela.

Este no es el mundo que va a venir, aún envuelto en los misteriosos celajes de un futuro tan desafiante como indefinible. Este es el mundo que ya vino, el de la globalidad. El de la comunicación. El del consumo. El de la información. El que ha saltado fronteras, el que muestra las formas más primitivas del capitalismo en la patria de Lenin o asiste al alumbramiento de la superpotencia china, fiel aún a la autocracia comunista pero con su éxito económico basado en la economía de mercado y la explotación de los mercados abiertos por el liberalismo comercial. Poniendo un toque sutil a la paradoja histórica, mientras Estados Unidos se repliega tácticamente a un proteccionismo antiguo y sin destino, China se erige en líder universal de esa liberalización.

Para recordarnos que la historia no es lineal, que así como hay empresas perdedoras también hay países rezagados en la digitalización y la robotización, Venezuela se hunde en el caos económico y la pobreza del populismo; Cataluña adolece de un anacrónico sarampión nacionalista, con un aire trágico de romanticismo novecentista, mientras en el mundo musulmán el fanatismo religioso practica un terrorismo que lo divide a él mismo en su intento de socavar los cimientos del mundo occidental.

En el medio, vacilando, ahí está nuestra América Latina. De a ratos comprendiendo el mundo global y con intervalos atada aún a los atrasos populistas. En Brasil la implosión del Mensalão y el Lava Jato han desvencijado un sistema político que, por vez primera en su historia, había generado una razonable alternancia entre dos partidos nacionales, el PT y el PSDB. Hoy todo es incierto, a tal punto que más que en el Parlamento, es en los estrados judiciales donde se van dibujando las alternativas políticas.

México con sus historias de violencia y corrupción y la agresión del norte. La Argentina ha salido de la pesadilla kirchnerista, reedición posmoderna del peronismo de Isabelita, López Rega y la Triple A. Pero la tigresa herida acecha, acorralada, dispuesta a cobrar caro su derrota final. Ella y su estado mayor siguen demostrando una infinita capacidad para la escenificación de la mentira. La posverdad en estado puro. La "desaparición forzada" de Maldonado fue una obra maestra que solo pudo debilitarse por la suerte de una realidad demostrable. Por último, las escenas de furia organizada han sido la escenificación grotesca de hasta dónde pueden llegar para dificultar el proceso de normalización que conduce el Gobierno.

Detrás de esta realidad, están oscurecidos, olvidados, los verdaderos desafíos: la inserción internacional, que los países del Pacífico han resuelto hacia el Asia, mientras los del Mercosur seguimos soñando con una esquiva Europa; la productividad, imprescindible para la competitividad internacional, oscurecida por reclamos salariales mecánicos que no advierten hasta qué punto los empleos están en riesgo; el costo del Estado, constantemente alimentado por reclamos contradictorios que se van sumando y, por fin, último pero quizá lo más importante, la educación popular, maltrecha, que luego de ser el gran factor de igualación en las escuelas sarmientinas (varelianas en Uruguay) hoy estira la grieta social entre los que acceden a instituciones de calidad y los que tienen que resignarse a esos establecimientos indisciplinados, en constante protesta, anticuados, que trasmiten enojo con un mundo global que no entienden, pero que condenará a sus alumnos.

Detrás del ruido y del humo, esos son los desafíos. Mientras nos enardecemos en debates de trastienda, "el mundo sigue andando".
Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.