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A cara de perro

Por Santiago Torres

En su edición del pasado 21 de diciembre, el semanario “Búsqueda” entrevistó al Ministro Ernesto Murro. En el transcurso de la misma, el Ministro exhibió su inveterado encono contra la reforma previsional de 1995, empleando para ello no argumentos de naturaleza ideológica —los únicos que podría blandir— sino mintiendo y tergiversando, lo cual resulta inadmisible en quien ostenta su investidura.

Desde el 1° de abril de 1996, el país cuenta con un sistema sustentado en un pilar “de reparto”, servido por el BPS, y un pilar de ahorro, servido por las AFAPs. En el transcurso de la entrevista, el Ministro Murro, por ejemplo, podría haber dicho que el pilar de ahorro debería ser servido exclusivamente por un fondo de ahorro manejado por el Estado en forma gratuita, eliminando las AFAPs privadas y las comisiones. Naturalmente, sería una opinión refutable desde el ángulo de la comprobada superioridad de un mercado en competencia, pero —en última instancia— sería un punto de vista legítimo y comprensible en quien sostiene posiciones socialistas.

Pero Murro no hizo eso. En lugar de esgrimir argumentos que en términos más o menos razonables intenten demostrar la superioridad de una solución socialista al actual modelo, el Ministro se dedicó a mentir sin que se le moviera un pelo. Así, sostuvo que la problemática de los “cincuentones” surge de la baja rentabilidad que dieron las inversiones llevadas adelante por las AFAPs, lo cual es falso. Como indica el comunicado emitido por la Asociación Nacional de AFAPs (ANAFAP) —del que damos cuenta en esta misma edición—, desde su entrada en vigencia el pilar de ahorro ha arrojado una rentabilidad real del 8%, que en los últimos tres años fue del 6,75% (en un entorno mundial de tasas de interés negativas) y en el último año, del 17,9%. ¿Cuál fue la rentabilidad del otro pilar? Ya se sabe: es negativa. Y si no dieron más rentabilidad es porque la batería de opciones de inversión con que cuentan las AFAPs es muy limitado.

Como ya hemos explicado en innumerables ocasiones en CORREO, la problemática de los “cincuentones” tiene dos orígenes. El primero y más importante, el desconocimiento de los aportes vertidos al BPS por parte de estos trabajadores antes de 1996. Y el segundo es de cosecha del propio Murro, quien siendo presidente del BPS se encargó de impulsar la reducción de los años de servicio para jubilarse (de 35 a 30 y de 25 años efectivos para las mujeres con hijos), con lo cual logró dos “hazañas” al mismo tiempo: por un lado, perforó aún más el pilar “de reparto” (estructuralmente perforado, como explicaré más adelante) al permitir anticipadamente que el sistema pierda esos aportantes y pase a tener que erogar por ellos, y por otro lado redujo la cantidad de años de ahorro en el pilar servido por las AFAPs (a menos ahorro, menor jubilación).

Murro también mintió sobre las ganancias de las AFAPs, sosteniendo que ganan U$S 130 millones por año y comparando ese guarismo con lo que gana el narcotráfico. ANAFAP le respondió al Ministro que en 2016 las cuatro AFAP ganaron U$S 43 millones.

Como expresé más arriba, el pilar “de reparto” está estructuralmente perforado. Tan perforado como lo estaba al momento de la reforma. ¿Por qué? Porque es, básicamente, un esquema piramidal (mundialmente conocido como “esquema de Ponzi”): se pagan obligaciones viejas (jubilaciones) con dinero proveniente de inversores nuevos (aportantes). Y el esquema se desmorona cuando el flujo de fondos que ingresa por “abajo” (inversores más nuevos) comienza a reducirse en relación al flujo de fondos que sale por “arriba” (retribución a los inversores más antiguos, o sea, “de más arriba”). En el caso del pilar “de reparto”, el envejecimiento de la población —también hay otros factores que allí confluyen— hace que la relación activo-pasivo a la larga termine siendo insostenible. Un estudio prospectivo elaborado por la OPP y que publicara el semanario “Búsqueda”, expresa que “todo el andamiaje social tenderá a recaer en un porcentaje cada vez más reducido” de la población, lo cual “dificultará el crecimiento económico” y someterá a la seguridad social a “una fuerte presión financiera”. No son éstos afiebrados delirios de este escriba sino que la propia OPP lo está así advirtiendo.

En la medida que los uruguayos pretendan mantener el “pilar de reparto”, inevitablemente se tendrá que ir a un incremento en los años de servicio para poder jubilarse, a un aumento de la edad jubilatoria (téngase presente que la expectativa de vida al nacer no es la misma que a los 60 años, es mucho mayor) y casi seguramente a una reducción en la tasa de remplazo. Son medidas ciertamente impopulares, pero acá hay un tema de simple aritmética: es eso o se desmorona el sistema porque no habrá cómo financiarlo.

Murro sabe perfectamente que ello es así. Pero él —y los que piensan como él— han trabajado, como ya dije, para agrandar el agujero negro del pilar de reparto, casi como deliberadamente, para que dé quiebra y luego imputarle ese desfonde al pilar de ahorro. Y esa operación siniestra va acompañada de mentiras proferidas a cara de perro, como las expresadas por el Ministro Murro en la entrevista de “Búsqueda”.

En esa misma entrevista el Ministro manifestó su deseo de retirarse de la política y descartó ingresar en cualquier carrera electoral. Si así fuera, lo celebro porque se trata de un individuo peligroso para el país. Pero me pregunto también si ese anuncio de su retiro de la política no será otra de sus mentiras...
Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.