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Olesker el obcecado
 En momentos en que el país se entera de que el déficit fiscal continúa inamovible —de hecho, un poquito peor que el mes pasado—, el ex Ministro Daniel Olesker insiste en reclamar mayor gasto público.
De acuerdo a los datos que el Ministerio de Economía y Finanzas difundiera el pasado 31 de octubre, el déficit fiscal se situó en un 3,6% del PIB en el año móvil cerrado en setiembre, registrándose un deterioro del 0,3% del PIB con respecto a agosto. El monto del déficit equivale a la friolera de U$S 2.111 millones.
En definitiva, pese al incremento de la recaudación, fruto del ajuste fiscal en marcha y que descansa su mayor parte en el incremento del IRPF, el gasto público no cesa en su crecimiento, con lo cual todo el esfuerzo contributivo de los uruguayos queda neutralizado. Y por ese mismo motivo, la meta oficial de alcanzar un déficit global de 3,5% del PIB para este año, aparece seriamente comprometida.
En el marco de esa situación fiscal delicada, en la que el país está empantanado desde los últimos tiempos del “mujicato”, al ex Ministro Daniel Olesker no se le ha ocurrido mejor idea que reclamar un incremento del gasto público (como hace siempre, ya fueren tiempos de vacas gordas, vacas flacas o vacas “en línea”).
En una misiva que enviara al matutino “La Diaria”, Olesker pretende derribar ciertos “mitos” en lo que no es sino una crítica a la conducción económica que lleva adelante el Ministro Astori. Y para derribar esos “mitos”, Olesker apela a los suyos. El primero de los cuales, una fe ciega en el poder mágico del gasto público y del poder del Estado.
En ese sentido, reclama mayor gasto social, más subsidios e incrementos salariales descolgados de la productividad. Una receta que, más temprano que tarde, acercaría al país a un proceso de “venezolización”, algo que —uno sospecha cada vez más— es el escenario soñado por el obcecado Olesker, en el que probablemente podría concretar sus ideas de control total de la economía.
A Olesker ni se le ocurre preguntarse por qué toda vez que existe una posibilidad de inversión de gran porte, el inversor reclama un enclave que lo aísle de ese Uruguay que él reclama profundizar... |
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