Correo de los Viernes - Imprimir Noticia
Imprimir

Estudio de CPA-Ferrer agita la discusión sobre la exportación en pie

Por Tomás Laguna

Por estos días tomo estado público un estudio encargado por las dos gremiales de la industria frigorífica sobre el impacto de la exportación en pie en el complejo agro exportador cárnico. Esto generó de inmediato una encendida polémica en los ámbitos ganaderos.

El trabajo de referencia se entregó en enero de 2017 si bien recién tomo estado público días pasados. El solo conocimiento de su existencia había generado preocupación en las gremiales ganaderas, no obstante el informe era celosamente mantenido en reserva.

No sabemos si fue casualidad o causalidad, pero en los días de inicio de la Rural del Prado el mentado análisis fue colgado en la web de CPA – Ferrere. El trabajo realiza un análisis del sector cárnico uruguayo en temas que van desde el contexto de la carne a nivel internacional, la evolución del stock vacuno, de la faena, evolución de los precios para finalmente abordar la exportación de ganado en pie, en miles de cabeza, en peso y según su destino. En referencia a este último aspecto se analiza el tratamiento tributario de los distintos países al importar ganado en pie, haciendo hincapié en el mercado turco dónde estas importaciones no tienen arancel contra tasas que van del 100% al 225% para productos cárnicos terminados. Por cierto analiza otros destinos como Egipto, China y Brasil. Luego el estudio se dedica a caracterizar los actores de la cadena y como se relacionan. Finalmente analiza el valor agregado de la cadena y los efectos que sobre ella genera la exportación en pie. En este último capítulo es dónde se concluye que el diferencial en valor agregado entre un animal criado, engordado, faenado e industrializado en el país con otro exportado en pie con 280 kgs de peso vivo es de U$S 396.

A partir de esta definición el trabajo de marras llega a la conclusión aritmética que desde 2008 a la fecha el país habría perdido 480 millones de dólares como consecuencia del millón y medio de cabezas exportadas en ese período. No obstante esta conclusión, en la propia introducción el trabajo se cura en salud indicando que el “documento no pretende pronunciarse o emitir un juicio de valor sobre los niveles deseables de exportación en pie, sino que únicamente se limita a realizar una cuantificación de los efectos que este fenómeno tiene sobre el Valor Agregado generado en la cadena cárnica uruguaya.”

Veamos algunos otros aspectos en los que el estudio no ingresa. Del total de plantas habilitadas para exportar, la mitad concentra el 90% de la faena. Si bien los niveles de concentración de la demanda no llegan al umbral de tolerancia indicado por la ley de Promoción y Defensa de la Competencia (18.159), es evidente que existe un poder de la demanda por encima de la oferta que alienta entre los productores la permanente sospecha de acuerdos de colusión en el manejo de la faena. Este argumento último se diluye con la sola existencia de la posibilidad de exportar en pie. Pero no es esta la razón fundamental que justifica este canal de exportación.

Toda la vida se habló de empujar la cadena, años fracasando en las políticas de impulso al sector ganadero. Sin embargo hubo un argumento que justificó el crecimiento del stock ganadero a partir de un mejor comportamiento de la cría. La demanda agregada por terneros determinó que el eslabón más débil de la cadena, la cría, se viera beneficiada con una mayor participación en el valor final del producto. Desde enero de 2007 conocemos el valor de ese novillo una vez industrializado y vendido a sus distintos destinos según sus distintos cortes a través de estimaciones que realiza INAC. En el inicio de la serie analizada, años 2007/2008 la participación en el valor del Novillo Tipo (tal cual su nombre) era del 26% para la cría, 48% para la invernada y 26% para la industria. En los últimos 12 meses (agosto 2016 – julio 2017) la cría aumentó su participación en el valor final en 6 puntos (32%), la invernada resignó participación en los 6 puntos que ganó la cría (42%) y la industria se mantuvo en el mismo nivel (26%). Esto significa que el impacto de la demanda agregada benefició al sector más débil y atomizado de la cadena, además el último tomador de precios y si hubo un perjudicado este fue para la invernada y no la industria. Dicho de otra manera, al inicio de la serie analizada la relación de reposición establecía que el kg de ternero valía un 10% por encima del valor del gordo, en los últimos 12 meses se está pagando un 30% más. Este beneficio al sector criador no llegó por aquellas propuestas absurdas de Mujica siendo Ministro cuando pretendía que administrativamente se le pagara al criador un sobreprecio según el valor del gordo. El mayor precio que llevó a que un ternero al destete valiera casi tanto como la vaca que lo parió es obra del mercado a través de la demanda agregada, dónde la exportación en pie es factor fundamental.

El trabajo de CPA reconoce esto, no niega el beneficio adicional que la demanda agregada de la exportación en pie le otorga al criador. Pero no cuantifica cuanto implica este beneficio medido en una mayor producción de terneros en todo el período considerado.

Este trabajo y su manejo con cierto sensacionalismo condicionan la percepción a nivel de sociedad respecto del agro. Precisamente la falta de conciencia agropecuaria, esa preocupación tan válida del Ministro Aguerre, lleva a razonamientos parcializados, fuera de contexto y que terminan por estigmatizar el real aporte de la producción a nuestra economía. No se perdieron 480 millones de dólares por el ganado exportado en pie, se ganó un valor sin duda mucho mayor por el mejor comportamiento de la cría mediante una mayor producción de terneros. Efecto que el trabajo no evalúa y alguien deberá hacerlo lo antes posible. Parte de esa mayor producción de terneros se fue en pie, pero otra parte fue industrializada para beneficio de los frigoríficos.

De una vez por todas deberíamos entender que en la cadena productiva no es sano ganar rentabilidad a partir de que otros eslabones la pierdan, no se va a desarrollar más la industria frigorífica por pagar menos los ganados al eliminar la exportación en pie. Deberían preocuparse más los industriales por exigir al gobierno condiciones de competitividad a partir de un mejor acceso a los mercados evitando el creciente pago de aranceles y por menores costos para producir en un país caro para ello, agregado a la baja productividad de la mano de obra y alta rigidez en las relaciones laborales. Pero parece más fácil presionar a través de estudios como el cuestionado.

Alguien dijo sabiamente que el nivel óptimo de exportación en pie es cuando esta no existe estando permitida. Será cuando sea más conveniente vender a la industria que exportarlos vivos. ¿Será tan difícil de lograr?
Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.