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Una fuga y muchas interrogantes

Por Jorge Ciasullo

El pasado domingo 3, se produjo un virtual asalto a una institución de salud, con el objetivo-logrado- de rescatar a un peligroso delincuente. La sociedad espera una explicación de la autoridades del Ministerio del Interior, sobre cómo se llegó a esa dramática situación.

Todos los medios de prensa y todas las redes sociales divulgaron hasta el cansancio, imágenes del momento cinematográfico en el cual, dos individuos portando armas largas, apoyados por un vehículo, rescatan a un delincuente que había sido trasladado al Instituto Nacional de Ortopedia y Traumatología (INOT), con el fin de recibir asistencia médica por la “rotura de un dedo”.

Si hay algo positivo en la era digital que estamos viviendo, es la posibilidad de divulgar en tiempo real, imágenes captadas por teléfonos celulares o por cámaras de video vigilancia, que registran, inequívocamente, lo sucedido. Así, se puede apreciar casi con total exactitud lo ocurrido, relativizando versiones de testigos, muchas veces contradictorias, pero realizadas sin mala intención, producto de apreciaciones personales del mismo hecho, registradas bajo una gran tensión , o versiones interesadas para justificar lo injustificable.

Curiosamente, hasta el momento de redactar estas líneas, ninguna autoridad del Ministerio del Interior ha dado explicaciones o respuestas a preguntas que toda la ciudadanía se hace, entre ellas:

¿Por qué - según declaraciones del miércoles pasado realizadas por el Ministro Bonomi- “no se cumplió con la Ley de Protocolo Policial y de traslado de pacientes penitenciarios”? (El País,06/09/2017).

¿Cómo es posible que, de acuerdo a sus antecedentes, un peligroso delincuente baje sin custodia de un vehículo policial, ingrese al centro asistencial y siga sin custodia dentro del mismo?

¿Era de real urgencia su necesidad de atención médica para realizarla un domingo?

¿Cómo, a los hechos nos remitimos, pudo trascender el día, hora y lugar en el cual sería trasladado, que permitió la planificación del rescate? Descartamos que la posible necesidad de asistencia no ocurrió ese mismo día, si no fue así, la gravedad es mayor. Es decir, el delincuente informó a sus cómplices momentos antes del traslado y éstos estaban preparados para la acción.

Los antecedentes de este delincuente son por demás elocuentes: “ El fugado, Anthony Martín Rodríguez Silvera, cuenta con antecedentes por copamiento y receptación (23 de julio de 2004), dos delitos de rapiña (31 de julio de 2004), un delito de homicidio (7 de noviembre de 2011), un delito de rapiña especialmente agravada por el uso de arma de fuego en grado de tentativa con lesiones personales y un delito de atentado (6 de noviembre de 2011) y un delito de homicidio muy especialmente agravado en grado de tentativa y un delito de violencia privada en régimen de reiteración real en calidad de autor (13 de setiembre de 2015), informó el Ministerio del Interior” (El País 04/09/2017).

Más allá de la desprolijidad- de alguna manera hay que calificar el traslado del delincuente-Doña María y Don José, al tomar conocimiento de los antecedentes transcriptos, se preguntarán; ¿cómo es posible que quien cometió un delito de homicidio en noviembre de 2011, cometa otro delito grave en setiembre de 2015- esto es, que menos de 4 años después- estaba el libertad?

Nada nos permite suponer que la justicia no ha actuado conforme a la ley para, en su momento, otorgar la libertad a este individuo, pero, como tantos, pensamos que es hora de revisar el Código Penal.

En cuanto al Ministerio del Interior, recordamos una declaración días atrás de un alto jerarca: “estamos preparados para actuar en caso de darse un ataque terrorista como el ocurrido en Barcelona” (Telenoche 17/08/2017- Director Nacional de Policía Mario Layera)… Nos quedamos tranquilos.
Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.