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Patetismo presidencial
 El Presidente Vázquez, por querer hacer equilibrismo, se cayó al pavimento de la peor forma. Resulta que Uruguay no se sumó a la exclusión de Venezuela del Mercosur por convicción sino... ¡por miedo!
En el día de ayer, el semanario “Búsqueda” publicó un reportaje al Presidente de la República. Respondiendo sobre el tema Venezuela y su exclusión del Mercosur, el Dr. Vázquez brindó una explicación tan insólita como lamentable para el cambio de posición de su gobierno.
Primero señaló que el gobierno uruguayo siempre había apostado a darle margen al régimen venezolano para que iniciara un diálogo con la oposición pero “nunca hubo una respuesta positiva”. Si la respuesta hubiera terminado allí, más allá de nuestra radical discrepancia con ese “margen”, que se hizo casi interminable, no habría más nada que objetar. En definitiva, el gobierno uruguayo terminaba admitiendo que su generosidad hacia el régimen de Maduro no había sido correspondida con un cambio de actitud sino, por el contrario, con un empeoramiento de ésta y, entonces, no hubo otra alternativa que aplicar la cláusula democrática del Tratado de Ushuaia y expulsar a Venezuela del bloque.
Pero el Presidente, notoriamente preocupado por los “equilibrios” en su “fuerza política”, agregó un segundo motivo, totalmente inaceptable y que deja al país en una posición internacional —de nuevo— totalmente indecorosa: “¿Qué pasa con el Uruguay además si se mantenía en una situación intransigente dentro del Mercosur? ¿Y si lo aíslan al Uruguay del Mercosur?”.
O sea, en realidad no se trató de que su gobierno se hubiera convencido de que el régimen de Maduro había ingresado en una loca carrera de profundización de su naturaleza dictatorial, llevándose por delante a todas las instituciones, sino de que nuestros socios nos aplicaran algún tipo de sanción comercial…
En suma, si seguimos al pie de la letra al Presidente Vázquez, todo fue por temor, no por convicción. O sea, a contrapelo de la mejor tradición internacional del Uruguay. Con lo cual, hasta cuando hace las cosas bien, el gobierno deja malparado al país. |
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