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No hay peor ciego que el que no quiere ver..
Por Jorge Ciasullo
Cediendo ante el clamor internacional y a la heroica resistencia del pueblo venezolano, el dictadorzuelo Nicolás Maduro, ha dispuesto la prisión domiciliaria para Leopoldo López, encarcelado en el año 2014 y condenado entonces a 14 años de prisión.
A raíz de la liberación de Leopoldo López de la cárcel militar a la que había sido confinado, disponiéndose prisión domiciliaria para el fundador de “Voluntad Popular”, es bueno recordar declaraciones de algunos personeros del Frente Amplio, que simbolizan a la izquierda trasnochada que jamás condena a los gobiernos totalitarios que le son afines (Stalin-Castro).
Según recoge el diario El Observador del pasado 14 de mayo, en una reunión realizada la noche anterior en Malvín Norte, el presidente de la Comisión de Asuntos y Relaciones Internacionales del Frente Amplio (CARIFA), José Bayardi, y el coordinador de la bancada de Diputados de la coalición de izquierdas, Jorge Pozzi, advirtieron sobre una oposición del país caribeño que busca "el intervencionismo".
"Probablemente haya presos políticos en Venezuela, pero no me vendan a Leopoldo López como preso político porque no lo compro", declaró Bayardi.
El señor José Bayardi, bastante tiempo atrás se había referido casi con las mismas palabras a Leopoldo López, en momentos que se divulgaba un video de uno de los fiscales que condenaron a López, en el cual sostuvo que: “las pruebas contra el líder opositor eran falsas” y que había sido sometido a “inmensas presiones” para condenarlo. Por supuesto que ese fiscal huyó de Venezuela previo a divulgar esas declaraciones.
Leopoldo López desde su arresto, se ha transformado en un símbolo de la resistencia, apoyado incansablemente por su esposa Lilian Tintori, a la que se fueron sumando voces de organizaciones internacionales y líderes democráticos del mundo. Al mismo tiempo, en los últimos meses, miles de venezolanos se lanzaron a las calles, en resistencia pacífica, clamando por sus derechos, violados sistemáticamente, y en protesta por el intento de reforma de la Constitución, pergeñado por el régimen, de modo que Maduro pueda perpetuarse en el poder. Sus diarias manifestaciones, fueron reprimidas violentamente por el régimen dejando un saldo-según cifras oficiales- de casi un centenar de muertos y miles de heridos.
Resistencia pacífica que en la historia universal, ha triunfado muchas veces sobre las amenazas, las balas, los palos, y toda forma de intimidación, como la ejercida por la llamada Milicia Nacional Bolivariana -cuerpo de civiles con entrenamiento militar con 500 mil miembros, “cada uno con su fusil garantizado” según declaró Maduro el pasado 18 de abril- que no son otra cosa que delincuentes y patoteros al servicio del régimen.
Maduro demostró que aprendió bien, pese a sus limitaciones, algunas lecciones de tiranuelos similares, apelando, como último recurso, al nacionalismo, para intentar disimular el fracaso de su gobierno, por ejemplo, cuando acusó al Presidente de Colombia Juan Manuel Santos, de apadrinar la intervención extranjera en Venezuela: “Santos, pide la bendición compadre, inclínate, híncate ante el poder”.
Pero llegó el desborde, el asalto al Congreso -único de los poderes públicos controlado por la oposición- por la Milicia Nacional Bolivariana, hiriendo a algunos diputados, lo que provocó el horror internacional y significó también que Maduro, Diosdado Cabello y sátrapas similares, se dieran cuenta que, así las cosas, tal vez el día que caigan, porque caerán, sólo podrán refugiarse en Cuba.
Piensan que podría ser un buen salvavidas la liberación de Leopoldo López y así actuaron, en las últimas bocanadas de un régimen que ya está muerto.
Leopoldo López pasará a la historia como el símbolo de la resistencia, mientras que quienes antes y ahora sostienen que no fue un preso político, nadie los recordará. |
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