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Una oportunidad de futuro
Por Agustín Manta
 El sábado 28 de octubre se celebrarán nuevamente las elecciones de jóvenes dentro del Partido Colorado, lo cual será una oportunidad para dar paso a la imprescindible renovación generacional del viejo Partido de Rivera, de la Defensa y de Batlle.
La elección de jóvenes se ha presentado desde sus comienzos en el Partido Colorado como una oportunidad de acercar a la juventud al ámbito político, de generarles interés por los temas de preocupación nacional y lograr que, en estos tiempos de indiferencia, aparezcan ciudadanos comprometidos con el bienestar del país y su futuro. A cuatro meses de que se celebre tal instancia, surge y parece evidente, la necesidad del comienzo de una renovación generacional tan demanda en todos los sectores, de nuevas ideas, de un nuevo impulso.
Existe como es notorio, quizá por la fuerza centrífuga de los tiempos modernos, un claro divorcio entre la política y la masa de jóvenes que, año tras año, se trasforman en nuevos ciudadanos que deberán ejercer sus derechos cívicos. La evidente situación es ocasionada por varios fenómenos, porque innegablemente estamos frene a un hecho multicausal.
La digitalización de la vida cotidiana ha implicado un cambio absoluto en todos los ámbitos a donde llega. La masificación de los medios de comunicación ha logrado que la gente acceda al instante a noticias y eventos que pasan en diversas partes del mundo, bastando tan solo un clik para ello. La eficacia del transporte ha reducido significativamente las distancias: en menos de un día de viaje podemos alcanzar en avión prácticamente cualquier destino del planeta. Con las comunicaciones, además, se incrementó paralelamente la oferta de ocio a niveles nunca experimentados por la humanidad.
Estos acontecimientos están marcando nuestro mundo contemporáneo, al punto que es habitual que un individuo termine conociendo más los problemas que aquejan a un país a miles de kilómetros de distancia, que lo que ocurre en su propia localidad. Y las nuevas tecnologías permean fácilmente en los estratos más jóvenes de la población, que los toman y los hacen suyos rápidamente. Nos encontramos viviendo en la época de la inmediatez, de lo actual, las noticias de ayer ya son obsoletas, todo debe ser del hoy, todo debe ser del ahora.
En este mar por el que surca la contemporaneidad, en un mundo globalizado, donde las fronteras entre los estados parecen diluirse, ciertos conceptos fundamentales para nuestra sociedad quedan casi desdibujados. La República y su expresión máxima, la Democracia, constituyen valores innatos a para todos los que hemos nacido al oriente del rio de los pájaros pintados, que consideramos tan nuestros, se ven amenazados por la incertidumbre, el desinterés y principalmente la indiferencia, actitud peligrosa desde el punto de vista cívico. La democracia, para alcanzar su plenitud, no le basta con que un ciudadano vote en cada elección, casi por descarte por alguno de los candidatos existentes; necesita ciudadanos informados y comprometidos con los destinos de su país.
El Uruguay del futuro estará en manos de las actuales jóvenes generaciones de ciudadanos, muchas de ellas desencantadas con el sistema. Debemos ser conscientes que involucrar a los jóvenes en política, hacerlos sentir parte del sistema, se transforma, casi ineludiblemente en una materia de obligatorio abordaje para cualquier partido político que no piense solamente en las próximas elecciones sino, en cambio, en las próximas generaciones.
El Partido Colorado ha demostrado y de manera constante, a lo largo de sus casi 200 años de historia, ver el mañana, adelantarse a su tiempo, apuntar a cotas más altas de las que la sociedad le exigía. Esta trascendente ocasión, no solo marca el comienzo de una tan necesitada renovación, lo que permitirá que muchas nuevas voces se escuchen, aporten ideas y trabajen para el mejor destino de nuestra patria, sino que muestra el compromiso y la unión que siempre estuvo vigente entre las juventudes y el Batllismo, el cual las logro cautivar durante décadas, enamorándolas de tan bellas ideas, haciéndolas fieles representantes del Uruguay de la equidad, de la justicia social, la democracia y, por sobre todas las cosas, de la Libertad.
Vivimos en tiempos ideológicamente yermos, los grandes paradigmas del siglo XX parecen haberse apagado; y con ellos, el norte que guiaba, que era fácil de seguir. Hoy todo parece confuso. Las confusiones e incertidumbres en ocasiones derivan en fenómenos extraños. Las épocas recientes nos dan muestra de ello: en los Estados Unidos obtiene la presidencia un hombre tan peculiar como Donald Trump, en Europa ocurre el Brexit. Nos dirigimos y de manera inexorable, a una economía colaborativa, a la automatización de puestos de trabajo; en suma, nos encontramos en un punto de inflexión.
En frente de nosotros aparece una gran oportunidad: devolver a las juventudes la fe en el sistema político, fortaleciendo nuestro sistema democrático. Por eso, a cuatro meses de la elección de jóvenes, parecería claro el inmenso beneficio que conlleva y la promesa de un partido que ve hacia el futuro.
Es hora de que volvamos a cumplir con ese compromiso histórico que tenemos como colorados y batllistas: ni mas ni menos, luchar por el porvenir. |
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