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Tupamaros cometieron asaltos después de 1985

Los tupamaros robaron entre 20 y 25 millones de dólares en diversos asaltos, algunos de ellos cometidos tras la restauración democrática, según surge de un libro sobre Fernández Huidobro.

La versión no es nueva, ya que varios estudios anteriores dieron cuenta de ella: los tupamaros siguieron realizando asaltos tras la restauración democrática de 1985 para “financiar” sus actividades partidarias. Pero el libro de Urruzola agrega el dato principal de que las operaciones ilegales fueron conocidas y promovidas por José Mujica y por Fernández Huidobro.

El total de lo robado por los grupos guerrilleros desde 1963 hasta 1998 –fecha de uno de los últimos asaltos registrados– asciende a una cifra de 20 a 25 millones de dólares.

Tales sorprendentes afirmaciones surgen del libro “Eleuterio Fernández Huidobro, sin remordimientos” de la periodista María Urruzola.

En un comentario que hizo radio El Espectador se indicó que “la banda era "orgánica" y se creó a propuesta de José Mujica y Eleuterio Fernández Huidobro”. El libro incluye documentos y datos entre los que destacan la destitución de jueces, delaciones de Fernández Huidobro sobre sus compañeros de armas y la transformación del líder guerrillero Tupamaro en un "militar informal".

Urruzola aseveró que "(Aureliano) Nano Folle hizo un programa en "Víctimas y Victimarios" donde habla de uno de los integrantes de la polibanda que cayó, y lo que me sorprendió es que a ese grupo lo torturaron en el Uruguay del año 1998, y están las pruebas: fue un comisario procesado por las torturas. (Los torturados) eran gente de MPP, y nadie dijo nada, ni Mujica ni Huidobro. En Mate Amargo escribieron un artículo -con un seudónimo– que era muy confuso donde no se terminaba de entender. ¿Les torturaron a sus compañeros y nadie dijo nada? ¿Acá hay gato encerrado?".

María Urruzola dijo que los tres testigos afirmaron la vinculación de las bandas armadas con el MLN. Los tres habían sido integrantes del movimiento. Lo que no se puede establecer es el grado de "organicidad" de las bandas con el movimiento político. La estrategia de seguridad en el MLN era la de compartimentar la información. "Era la base para sobrevivir a la represión. Lo que hacía que muchos tupamaros no supieran lo que hacían otros", explicó.

Esta versión sobre la actividad delictiva de los tupamaros después de 1985 ya había sido recogida en un libro anterior, “Donde hubo fuego”, del politólogo Adolfo Garcé, que en su página 156 da cuenta de las evidencias que confirman que un asalto a una agencia del BPS en el Parque Posadas, en 1998, fue realizado por tupamaros. Es decir, 13 años después de terminada la dictadura y reestablecida la democracia, 13 años después de que los tupamaros fueron amnistiados y recuperaron su libertad, reintegrándose a la vida normal – algunos de ellos ya eran entonces legisladores – seguían asaltando instituciones financieras para “financiar” sus actividades.

Garcé informa también en este estudio que en 1989, cuatro años después de la restauración democrática, una misión integrada por treinta tupamaros estuvo treinta días en Libia recibiendo instrucción militar...

A su vez, Federico Leich recordó en su cuenta de Facebook algunas de los testimonios que Jorge Zabalza le dio para su libro “Cero a la izquierda”, reconociendo las actividades ilegales –ya en democracia– para obtener financiamiento. Un asalto a una distribuidora de diarios en 1991 y contactos con Eta y con el Mrta de Perú para recibir apoyo económico figuran entre otras “andanzas”.

De esa publicación de Facebook es interesante reproducir unos párrafos que, aunque largos, son muy expresivos:

“Hablo de un período que abarca de 1985 a 2002. Todo esto fue publicado en libros y artículos, y refrendado por sus propios silencios, contradicciones (y también ofuscaciones). El primero en reconocerlo fue Jorge Zabalza, en un momento de notorio sinceramiento consigo mismo, que luego optó por dejar a un lado. Este libro dio en llamarse Cero a la Izquierda. Allí se cuenta como a fines de abril de 1991 un grupo de miembros del MLN asaltó una distribuidora de diarios y revistas de Eddie Espert. Se revelan los contactos políticos y financieros de los Tupamaros con ETA (España) y el MRTA (Perú), y como en 1993 Zabalza trasladó 30 mil dólares provenientes del grupo peruano para financiar al MLN-T. Por cierto, en 1996 “estuvo a punto de tomar parte” en la toma de la embajada de Japón en Lima. El libro da cuenta del estrecho vínculo con los militares y con ciertos sectores de Inteligencia del Ministerio del Interior, con quienes el MLN actuó en connivencia. En las entrevistas para ese libro, el propio Marenales contó que durante los encuentros con los viejos dirigentes del MLN, los militares Eduardo Radaelli y Wellington Sarli les pidieron asesoramiento para mantener al químico Eugenio Berríos “en cautiverio”. En Cero a la izquierda también se narra como el ex secretario de Fernández Huidobro (entonces titular del Ministerio de Defensa) Luis Rosadilla, junto con Arturo Dubra, Julio Marenales y el propio Zabalza, viajaron a Libia en procura de nuevas fuentes de financiamiento. Esto refrendó lo antes publicado por Adolfo Garcé en su libro: Donde hubo fuego. En ese momento, José Mujica, al ser consultado sobre estas revelaciones dijo: ”Yo no me dedico a pelearme con mis viejos compañeros. Usted me puede preguntar 4.000 veces, y no va a conseguir un carajo. Tengo cosas dentro mío que son sagradas". Eleuterio Fernández Huidobro en cambio, fue un poco más directo. Al ser cuestionado sobre el Grupo de los 17, en su despacho del Palacio Legislativo (entonces senador) optó por tirar el grabador al piso de un manotazo -quedó grabando- y repreguntarme violentamente: “¿Vos querés mandarme preso a mí? ¿No te das cuenta que si te respondo eso voy en cana?”. ¿Habrá que esperar mucho tiempo para que los actuales ministros, senadores, diputados y jerarcas de la administración pública cuenten la verdad?*

Cita:

“Mientras se llevaban adelante las discusiones públicas en el comité central y se hacían las mateadas para tomar contacto con la gente en los barrios, se iniciaron las primeras reuniones secretas del Grupo de los 17, convocado por Julio Marenales, Raúl Sendic, José Mujica, Eleuterio Fernández, Jorge Manera y Jorge Zabalza.** (...) Ninguno de los convocados al grupo renunciaba a la carta en la manga de la izquierda, eufemismo para referirse a la práctica revolucionaria en el marco de la legalidad. (...) Se discutieron las relaciones internacionales con el movimiento revolucionario, las formas concretas de solidaridad, entre ellas las financieras. Nadie dentro del creciente aparato de masas del MLN tenía conocimiento de la existencia de este grupo (...) sobre todo –y teniendo en cuenta la inevitable merma del apoyo económico solidario proveniente del exterior– se planteaba resolver el problema de las finanzas necesarias para cumplir con sus dos objetivos más urgentes: la puesta en marcha de un semanario (Mate Amargo) y de una radio (CX 44 Panamericana). (...) Ambas herramientas eran fundamentales, tanto para el crecimiento político como para el desarrollo del horizonte revolucionario que mediante la denuncia buscaría socavar los cimientos del régimen político burgués. Pero para financiar la política comunicacional del MLN no se podía recurrir solo a lo que venía del pueblo y a la solidaridad internacional, eso era un hecho. —La guita la tienen los ricos, entonces la financiación de una política revolucionaria tiene que venir de los ricos –llegó a decir Mujica, en tono pícaro y con sus clásicas guiñadas, en reuniones y asambleas internas y también en alguna mateada. Las expropiaciones eran algo que estaba presente en el aire de la interna, aunque el MLN también se financiaría con dinero proveniente de otras organizaciones revolucionarias que contribuían solidariamente: El Movimiento Todos por la Patria (MTP), de Enrique Gorriarán Merlo, y la Euskadi Ta Askatasuna (ETA). De esta manera se iban tejiendo compromisos que más tarde o más temprano los tupamaros retriburían, también solidariamente”.
Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.