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La muerte no tiene solución
Por Consuelo Pérez
El pasado primero de diciembre fueron trasladados trece pacientes del hogar “Aldea de la Bondad”, ubicado en Salto, hacia Montevideo, de acuerdo a las directivas impartidas por el Ministerio de Desarrollo Social, episodio tras el cual cuatro de ellos fallecieron, y dos permanecen internados en grave estado.
Si bien la ministra Arismendi adujo razones de riesgo debido a la presencia de supuestos focos infecciosos, el argumento fue contradicho por la propia subsecretaria de la cartera, Ana Olivera, y por el directorio del INAU el pasado quince de diciembre, que manifestaron que la información no era correcta.
También se contradice con su actitud el INAU, pues mientras denunciaba supuestos abusos y malos tratos en el mencionado centro, firmaba un nuevo Convenio con el mismo el pasado 16 de diciembre.
Por los fallecimientos -tres en primera instancia- e internaciones, la ministra Arismendi fue convocada a la Comisión de Derechos Humanos de Diputados, a pedido de la diputada colorada por Salto Cecilia Eguiluz y de la diputada nacionalista Gloria García, que además ha solicitado a sus compañeros de la Comisión Permanente que convoquen a la ministra Arismendi a Sala para que lo haga así en forma urgente y antes del mes de marzo, fecha en que vuelven a funcionar las Comisiones en Diputados, en esta problemática la de Derechos Humanos.
Los traslados en cuestión -según lo manifestado- realizados en un avión Hércules de la Fuerza Aérea Uruguaya, se hicieron contra la opinión de los funcionarios del Hogar, desoyendo recomendaciones médicas y sin siquiera avisar en algunos casos a cuidadores o familiares, algunos de los cuales se enteraron del hecho cuando los pacientes ya estaban en Montevideo.
Se trata de personas con discapacidades severas, tales como parálisis cerebral, que ingresaron al centro con cinco o seis años y que hoy tienen más de treinta, y a los que el desarraigo, separación de su entorno y de personas conocidas y situaciones de extremo estrés como la que fueron obligados a padecer, les puede ocasionar trastornos graves, y hasta la muerte, según se manifestó por parte de los desconcertados y ofuscados funcionarios de la ONG Aldea de la Bondad.
Con relación a las aclaraciones que las diputadas mencionadas esperaban obtener de la convocatoria en Comisión, manifestaron que “Vinimos a buscar respuestas y nos fuimos con más preguntas, no supimos la causa de la muerte de los pacientes, nadie definió quién había sido el responsable de dar la orden de los traslados para que los pacientes viajaran en avión y nos negaron que existiera un foco infeccioso tal como lo dijo la ministra de Desarrollo Social”.
Contradicciones, supuestas mentiras, falta de información, ausencia de argumentos o explicaciones que permitan dilucidar la verdad, parecen ser el constante ingrediente que en esta, como en otras situaciones, debemos soportar por parte de las autoridades, de ministros, y de quienes los contemplan en su ausencia de transparencia o idoneidad.
A todo esto, la ministra Arismendi adelantó que se seguirá adelante con la política de traslados y que “no puede ser que haya personas mayores de edad bajo la tutela del INAU”. Claro, bajo dicha tutela estaban vivas y cuidadas, y ahora están muertas, internadas o desarraigadas de su entorno y de los afectos que los mantienen en este mundo.
Estaremos atentos a lo que se exprese en Sala para mantenernos alertas y dispuestos a velar por la vida y la salud de todos los uruguayos, en especial si su condición, como en este caso, no les permite defenderse por sí mismos de las injusticias. |
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