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General Juan Córdoba

El fallecimiento del General Juan Córdoba significa la pérdida para la sociedad uruguaya de un militar de relevante actuación en el período de restauración democrática y un ciudadano que, ya retirado del servicio activo, desde la Presidencia del Círculo Militar General Artigas fue una voz ponderada e inteligente en el debate nacional.

Oficial de brillante actuación, desde la Escuela Militar ya se destacó como primer abanderado. Realizó sus cursos de Estado Mayor en la Argentina durante dos años, y luego en nuestro país, consagrándose como primero de su promoción. En el momento de la apertura democrática, revistaba como Teniente Coronel y Jefe del Batallón 15 de Infantería.

A iniciativa del General De Nava, primer Jefe de la Casa Militar en ese período, fue nuestro edecán militar y, en ese carácter, nos acompañó desde las ceremonias inaugurales. Junto al entonces Vicepresidente Dr. Tarigo, recorrimos las calles montevideanas desde el Palacio Legislativo hasta la Casa de Gobierno con su presencia, que simbolizaba entonces el reposicionamiento de la institucionalidad democrática y la ubicación tradicional de ls Fuerzas Armadas en esa estructura.

Ascendido más tarde al grado de Coronel, fue Jefe de la Brigada 5 de Infantería y Agregado Militar en la República Argentina. Luego nos hizo el honor de acompañarnos como Jefe de la Casa Militar entre 1998 y 2000, para ser luego Director del Instituto Militar de Estudios Superiores y Jefe de la Delegación de Uruguay ante la Junta Interamericana de Defensa, en Washington.

Culminó su carrera profesional en 2005 como Jefe de la División de Ejército Nº 1, donde dejó el brillante testimonio de un profesional que honró a la institución. Inteligente, inquieto, trabajador, honrado y leal, en cada cargo que ocupó ratificó esas condiciones, que se expresaban en el orgullo de su condición de militar. Se honraba de su uniforme y a su vez le honró con esa trayectoria y devoción.

En los momentos complicados que se vivieron durante el proceso de transición institucional, fue Córdoba un inestimable servidor público, leal al Ejército tanto como a las instituciones democráticas.

Retirado del servicio, su posición en el Círculo Militar General Artigas marcó una referencia, con una voz ponderada, que defendió la dignidad de la institución de injustos ataques, tanto como su contribución al funcionamiento regular de la institucionalidad democrática.

En el plano personal, su pérdida nos provoca un enorme vacío. Le vimos durante los últimos años soportar estoicamente las alternativas de un cáncer que, pese a los padecimientos que le impuso, no le llevó a bajar los brazos y abandonar sus responsabilidades. Tuvimos en él un consejero prudente y un amigo leal, a quien recordaremos siempre como un arquetipo del militar de honor, fiel a sus códigos de conducta y a sus convicciones.

J. M. S.
Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.