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Lo real y lo virtual

El perspicaz humorísta Darwin Desbocatti publicó en “Búsqueda” un artículo con una “lista incompleta de discusiones sobe asuntos inexistentes que marcaron la agenda uruguaya en el 2016”.

Cuando se lee el artículo realmente llama al asombro el apasionado debate que ha acaparado la atención sobre hechos virtuales, solo existentes en el mundo de la fantasía o de esa realidad surrealista —valga la contradicción— que se ha hecho tan común.

La enumeración empieza con “el título inexistente e innecesario del Licenciado Sendic”. Prosigue con el “cambio de ADN en la educación”, que se cayó solo, incluyendo a los elegidos para producirlo.

Otra gran polémica fue el millón y medio de dólares que recibían las universidades privadas a través de exenciones fiscal. Se discutía cómo mejor destinar esos recursos, que —por ser exoneraciones— precisamente no llegaron a ser realidad.

Luego la “guía del MEC para maestros, que no era del MEC, pero que era auspiciada por el MEC, aunque el MEC no tenía nada que ver”. Episodio insólito que se evaporó por sí mismo.

Ni hablar de las discusión sobre “cómo administrar el petróleo no encontrado” o de la huelga de hambre, desaparición, retorno, viaje a Sudáfrica y segundo retorno del sirio Diyab. O de “el cuadro del Pepe y la Pepa desnudos en el Edén de Varela”, que no desapareció pero hubo que esconder y sacarlo de la realidad, ante el enojo de “ella”.

La “casi asonada de la hinchada de Peñarol” se está esperando todavía, como “la venta de marihuana estatal en las farmacias”, tema de intenso debate desde hace tres años y que ya el Presidente pateó para después del verano. O sea la virtualidad sigue predominando.

Algo también inexistente fue “el traspaso de la presidencia pro tempore del Mercosur a la República Bolivariana de Venezuela”.

La enumeración continúa y culmina con “ni peor ni mejor rendimiento de Uruguay de la historia en las Pruebas PISA”. Una semana se discutió sobre esas dos hipótesis extremas, o lo mejor o lo peor de la historia. Al final no era ni lo uno ni lo otro. Simplemente seguíamos con la mediocridad de siempre, cosechando espantosos resultados, tan malos como los de nuestros colegas latinoamericanos que se atreven a evaluarse.

Lo que no se puede negar es que el Frente Amplio es un fenómeno inusual de marketing. Lleva el debate a donde le resulta más cómodo, inventa discusiones sobre asuntos imaginarios, mientras los hechos nos siguen hablando de una tremenda crisis de educación, una economía que no se cae pero no se estabiliza y una seguridad que —pese al optimista de Bonomi— mantiene en vilo a una ciudadanía que se siente acosada.

La realidad y la fantasía conviven en las nubes.
Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.