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Vázquez descubrió la pólvora (y la década perdida)
 Como si dijera una novedad, el Presidente de la República manifestó en Galicia que para crecer, el país “debe mejorar su infraestructura”.
Fueron 10 años de bonanza inédita. El gobierno, por el efecto combinado del crecimiento del PIB y la reforma tributaria, recaudó a manos llenas, como no lo hizo ningún otro gobierno en los anteriores 60 años por lo menos.
Sin embargo, nuestras carreteras son un desastre y ni hablar de la infraestructura ferroviaria, a la que —en el discurso— los tres gobiernos frenteamplistas le han atribuido un papel clave en el desarrollo logístico del país.
Ni carreteras, ni vías, ni puerto de aguas profundas, ni nada.
En el Presupuesto votado en 2010, Mujica cedió ante las presiones y, por conformar a COFE en sus pretensiones salariales, se debieron recortar las partidas previstas para el MTOP. Por lo cual, además de sacrificar la recuperación de la infraestructura, cambió —en el colmo del disparate planificador— inversiones (gastos por única vez) por gasto corriente (incremento de los costos fijos del Estado).
Y ahora, desesperado porque la condictio sine qua non de UPM para instalar su nueva pastera en Uruguay es la inversión en infraestructura, Vázquez procura conseguir socios para ese emprendimiento en Europa. Y en ese marco, descubre lo que cualquier hijo de vecino sabe: no habrá inversiones en la llamada “economía real” si en forma urgente no se reacondiciona la infraestructura.
Parte de la auto-herencia frenteamplista, como los son también la educación, la seguridad y tantos otros rubros de la vida del país. |
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