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Una reiteración inadmisible

Por Consuelo Pérez

Ya debimos soportar este invierno, y otros inviernos, y no por casualidad en esa estación, los paros en la distribución, en la planta, o donde sea. El asunto es que no había gas.

En estos días presentes y pasados, el asuntito otra vez es noticia, y otra vez debemos arreglarnos como podamos.

El problema lo padecemos en nuestros domicilios, pero también en los comedores que alimentan niños, y en otros ámbitos donde el vital elemento se utiliza con diversos fines, entre ellos el de calentar el ambiente y tornarlo habitable, y es notorio que estar enfermo, y con frio, es inhumano si la causa es las que expresamos.

Hemos constatado con dolor que comedores en escuelas, y actividades vinculadas a la industria, se vieron afectadas

Siempre es la población la que queda de rehén.

A pesar de que desde los gremios, en los medios y desde los sindicatos digan lo contrario, todos sabemos que desde hace varios días es imposible conseguir gas, y desde la propia ANCAP, si se discaba el 1345, nos decían amablemente que no se atiende nuestra solicitud por problemas gremiales.

Parecería que desde la mañana del jueves, el sindicato del supergás flexibiliza las medidas, y solo Riogas seguía paralizada, pero el desabastecimiento es un hecho, y la normalización tardará varios días en concretarse, siempre y cuando no vuelva a pasar algo, vaya uno a saber...

Si bien los términos de la propuesta de solución no trascendieron, desde el gobierno aseguraron que se apuntaba a evitar que se declare la esencialidad del servicio de distribución de supergás.

Estamos cansados de ver en los medios a los representantes del Pit Cnt con frases hechas, y sobre todo de ver al ahora oficialista Castillo jugar en los dos frentes, y querer convencernos de lo que no es.

Mientras quedan niños sin comer en las escuelas, mientras los enfermos y los que no lo están pasan frio, mientras en las redes sociales y en todos los ámbitos de la sociedad el malestar y la bronca se escuchan con fuerza, el mensaje desde el gobierno, plasmado en la opinión del subsecretario de Trabajo, Nelson Loustaunau, es que no estaban dadas las condiciones para una declaratoria de esencialidad.

Lo concreto es que en este asunto, como en tantos otros, los que deciden con relación a la suerte de la población son los gremios, o mejor aún, los que los manejan a su voluntad, con la complicidad en su discurso de un Pit Cnt politizado, insensible, y con claras muestras de corrupción en sus asuntos y gestiones internas.

No declarar esencial este servicio por parte del gobierno, suena claramente a declaración de impotencia y de impericia, pero a eso estamos sometidos.

Lo peor es que de a poco nos vamos acostumbrando a que las cosas se solucionen solas, o directamente no se solucionen, a pesar de haber tanta gente involucrada que con su accionar hace honor al encabezamiento de estas reflexiones.
Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.