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Se viene la derecha...

El Frente Amplio ya no puede prometer paraísos terrenales. Hay que hacer ajustes fiscales, los gremios reclaman borrar hasta el último vestigio del cambio de ADN de la educación que tanto proclamaba el Dr. Vázquez, se ha esfumado el sueño del Uruguay petrolero, el 6% del PBI para la educación no es alcanzable, la promesa del “país de primera” se ha hundido entre los barbarismos lingüísticos de “el Pepe”, los asesinatos en las cárceles, la marihuana rampante y la crisis de la enseñanza media...

Como no hay promesas, se trata entonces de explotar miedos. “Se viene la derecha”, repiten invocando el cambio electoral en Argentina o a la caída de Dilma en Brasil en medio de una rebatiña de corrupción sistémica que envolvió a todo el Estado.

Nadie sabe bien lo que es “la derecha” de la que hablan. En nuestros términos uruguayos, podría ser el liberalismo económico radical del Dr. Posadas, que asociado a su clericalismo puede claramente calificarse de “conservador”. Pero él es hoy por hoy un analista independiente. Inteligente, claro, pero sin proyección política. No lo endosan Larrañaga ni Lacalle Pou.

El Partido Colorado, por su parte, ha sido históricamente el campeón de las políticas sociales, refiriéndose no solo a las históricas (ley de 8 horas, de accidentes de trabajo, etc.) sino a las más recientes (centros CAIF, cuenta personal de cada trabajador en el BPS, escuelas de tiempo completo, escolaridad a los 5 años, etc., etc.).

¿Dónde está, entonces, esa conjura contra los pobres, cuando la pobreza bajo de 46% a 26% en el primer gobierno de Sanguinetti, la mayor caída de que se tenga memoria?

¿Es de derecha reclamarle al gobierno que tiene que atacar con todos sus medios la situación del 80% de los niños más pobres que no alcanzan al umbral mínimo de aritmética y comprensión de un sencillo texto en español? ¿Es de derecha exigirle a las autoridades que pidan por el respeto a los derechos humanos conculcados en la dictadura populista venezolana?

Naturalmente, decimos que los subsidios monetarios del MIDES tienen que tener la contrapartida de enviar a los niños a la escuela. ¿Es esto malo? ¿No tenemos derecho a reclamar que los dineros que el pueblo dispone para ayudar a hogares necesitados cumplan por lo menos ese deber de orden público?

Como ya no hay esperanza para vender, el miedo entonces... No irán lejos por ese camino. Cada vez son menos creíbles, pese a la solemnidad.
Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.