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Prometen profundos cambios en Asse

Por Darío L. Pimentel

“Asse carece de un plan estratégico”, reiteró el ministro de Salud Pública, Jorge Basso, al tiempo que anunció nuevos esfuerzos hacia la descentralización del organismo, que supone profundas reformas técnicas y administrativas.

Es la primera vez en muchos años que se divulgan sustanciales cambios de planes en el área de la salud pública, los cuales pretenderán borrar el inmenso caos imperante en todos los centros de asistencia.

Esto es, algo así como la confirmación oficial del fracaso, a todas luces previsible, del Sistema Nacional Integrado de Salud. Esto admite, con extraña sinceridad, las negligencias y los horrores registrados durante la última década. Aunque, claro está, los responsables siguen abrochados en sus cargos o en el más absoluto anonimato.

Basso explicó que la nueva idea es dotar de mayor poder a los directores de cada centro de salud; dotar de recursos propios y autorizar la venta de servicios. Estos jerarcas serían, a la vez, los primeros responsables de las irregularidades constatadas. El directorio de Asse pasaría a encargarse de tareas fiscalizadoras, de acuerdo a informes de “El País”.

Asse cuenta con 32.000 funcionarios; 900 puestos de atención, 900 millones de dólares de presupuesto y 100 empresas contratadas.

Este proyecto de mayor autonomía para Asse cuenta, según analistas, con el apoyo del presidente Tabaré Vázquez. En la ley de Presupuesto se habilita a Asse a poner en funcionamiento planes pilotos en sus Unidades Ejecutoras, “para la profundización y expansión de la descentralización de la gestión y administración en determinados servicios”.

La idea es empezar con aquellos centros considerados de referencia en el país, como los hospitales Maciel y Tacuarembó. Asimismo, el propósito es que las direcciones de estos órganos cuenten con herramientas y dinero, que permitan tomar decisiones sin depender de Asse.

Los planes pilotos implican la entrega de un presupuesto para inversiones y compra de equipos a cada dirección.

Basso dijo que es necesario seguir haciendo monitoreos, controles y auditorías. El directorio de Asse eligió un responsable en cada unidad; es el primer paso a la descentralización.

En lo que corre 2016, Asse ha gastado 11 millones de dólares en el alquiler de camas de CTI. Parlamentarios acusaron a Asse de falta de transparencia, luego que la presidenta del organismo, Susana Muñiz, informó parcialmente de esos gastos.

De todas maneras, la recuperación de la salud pública será una tarea ardua y difícil; implicará grandes cambios y una enorme dedicación. El deterioro ha sido gigantesco y la corrupción inimaginable.

La mayor parte de los jerarcas de la salud pública carece de formación adecuada para sus cargos. Faltan funcionarios, falta personal de enfermería, faltan médicos y la atención es deficiente.
Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.