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Un entrevero que pudo evitarse

Según la Cancillería de nuestro país, todo se debió a un “mal entendido”, pero todos los datos disponibles hacen pensar que fue algo más que eso.

En la Comisión de Asuntos Internacionales de la Cámara de Diputados, en una sesión que como es tradicional contó con versión taquigráfica, el Canciller Nin Novoa explicó que existía malestar en el gobierno uruguayo ante las presiones del gobierno de Brasil, expresadas durante la última visita del Canciller José Serra, circunstancia en la cual el visitante habría intentado “comprar” la voluntad del gobierno uruguayo y hacer cambiar su posición respecto a Venezuela a cambio de que Brasil invitaría a Uruguay a las rondas de negociaciones comerciales con otros países que encare en el futuro.

El Canciller Nin, por cuenta propia o a solicitud del Presidente Vázquez, tenía interés en que Brasil se enterara del disgusto uruguayo, porque no sólo no corrigió la versión taquigráfica sino que además la ratificó ante la prensa.

Sin embargo, el Canciller termina pidiendo disculpas – o eso dicen los diarios por lo menos – tras conocerse que Brasil endurecía su posición y reclamaba del gobierno uruguayo una aclaración.

Desconocemos naturalmente los entretelones de la conversación entre ambos cancilleres, pero resulta claro que Uruguay queda debilitado y está pagando el precio de la fragilidad de su posición al sostener que a Venezuela no hay que sancionarla, quedando en soledad y distanciándose de Argentina y de Brasil. Como voceros oficiales expresaron al semanario Búsqueda, la crisis internacional que enfrenta Uruguay es la más difícil desde el diferendo con Argentina por las plantas de celulosa. Cabe agregar que Uruguay se metió por su única y propia iniciativa en semejante embrollo.

Para colmo, el payaso caribeño que ejerce la presidencia de Venezuela, hizo una declaración en la que agradece al gobierno uruguayo, a Tabaré Vázquez y al Frente Amplio, ensuciando aún más la cancha. Maduro no hizo otra cosa que ratificar que sigue confundiendo la política exterior de los países con las afinidades ideológicas, lo que le hace mucho mal, precisamente, al gobierno uruguayo y a la línea que intenta imponer el Canciller Nin.

Así como en otras oportunidades hemos valorado desde estas páginas las posiciones del Canciller – cuando sostuvo, por ejemplo, que lo jurídico debe prevalecer sobre lo político, o cuando ha resaltado la necesidad de encarar negociaciones con los países del Pacífico – decimos que en esta oportunidad se ha cometido un traspié, una chambonada nada profesional, que expone otra vez la soledad del país y la inconveniencia de interpretar, como hace el gobierno uruguayo, que Venezuela aún no debe ser sancionada por la comunidad internacional.
Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.