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Diferir y no postergar

Nuestro Ministro de Economía se ha especializado, en los últimos años, en la invención semántica: como no puede explicar muchas cosas que o le obligan a hacer o  las que hace por convicción pero que nada tienen que ver con el discurso histórico del Frente Amplio, les inventa nombres o apelativos. Intenta despistar, para que los “giles” nos enredemos y no entendamos nada.

Estos días acuñó una nueva. Ninguna obra se “posterga”, sino que se “difiere”, señaló el Ministro.

Ahora bien, si uno toma el diccionario de María Moliner, el más usual de la lengua según García Márquez, “postergar” es “diferir, dejar algo para hacerlo más tarde o después que otra cosa, a la que, en el orden normal, precedería”. O sea exactamente lo mismo.

Según el más formal diccionario de la Real Academia, postergar es “hacer sufrir atraso, dejar atrasado algo, ya sea respecto del lugar que debe ocupar, ya del tiempo en que había de tener su efecto”. Y si preguntamos qué es “diferir”, esa maravilla que ha encontrado nuestro Ministro, dice “aplazar, retrasar”.

Podemos los uruguayos estar últimamente bastante confundidos, pero tendríamos que ser la defensa del seleccionado de México contra Chile para no entender que diferir, postergar y aplazar, quieren decir lo mismo, o sea, no hacer algo hoy y dejarlo para otro momento posterior.
Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.