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Cuando le rascas el lomo al chancho...
Por Lole Hierro
 Aquello que antes se defendía, hoy se se condena y a la inversa. ¡Cosas veredes...!
Nunca es buena cosa que una sociedad viva en conflicto. Que se sucedan los paros. Que se obstaculice la educación, que la salud esté en conflicto de tanto en tanto. Eso no hace crecer a los países, los estanca. Peor es que se llegue a los extremos de vivir hechos de violencia. Y aunque se eviten, se pretenda provocarlos. Pero esto no es nuevo. Es una práctica que tiene un sustento estratégico e ideológico y que en nuestro país muchas veces lo han llevado adelante organizaciones de militancia sindical y grupos políticos con ideas de izquierda dura, antisistémicas, pero también algunas que integraban el sistema político.
Desde nuestro posicionamiento ideológico histórico, reformistas, contrarios a la lucha de clases y promotores de la integración social, los batllistas hemos enfrentado a esas posturas. Así, hemos debatido en las primeras décadas del siglo pasado con socialistas y comunistas; señalado duramente la gestación de grupos armados que pretendían tomar el poder por las armas destruyendo la democracia desde la década del 60; y haciendo valer el Estado de Derecho cuando correspondía ejerciendo nuestra responsabilidad cuando éramos gobierno. Nos decían de todo. Todos los epítetos imaginables y todas las categorizaciones políticas despectivas posibles.
Por eso es paradójico ver en la actualidad a varios gobernantes, encabezados por el Ministro del Interior Eduardo Bonomi y a la “orga” de la otrora izquierda combativa, tomar posturas que antes señalaban como típicas de gobiernos “neoliberales”, insensibles, antipopulares y, por tanto, represores. En suma, “la derecha”.
Y es paradójico porque todos sabemos que en el pasado, grupos frenteamplistas que son muy importantes política y electoralmente en la actualidad y hoy forman parte del gobierno, tenían un juego estratégico y cómplice para socavar la legitimidad y el andar político de los gobiernos de turno y, en ocasiones, hasta desestabilizar, con quienes han protagonizado por estos días los preocupantes y dolorosos hechos de violencia.
Antes, cuando eran aquella oposición férrea, sostenían que era hasta inmoral que el Estado hiciera lo que hoy defienden, se alarmaban si se filtraba información de Inteligencia y se hacían un festín interpelando a cuanto ministro anduviera en la vuelta para que diera explicaciones por los “atropellos”, denunciando los hechos a diestra y siniestra. Pero todo cambia y la hipocresía campea...
¿Cuál es la explicación? Y será que ahora son unos señoritos de izquierda que están atrás del escritorio del Estado.
Cómo será la cosa que ahora catalogan de fascistas a Irma y sus “valientes”, olvidando repentinamente que otrora andaban de la manito y a los mimos... |
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