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Tartufo también lucha contra la inflación

Por Darío L. Pimentel

El ministro de Economía, Danilo Astori, dijo en marzo que una de las prioridades del gobierno sería el combate a la inflación. Sin embargo, los precios continuaron en alza.

Hace algunos días, Astori reiteró conceptos respecto a la inflación y sostuvo que los índices se mantenían fuera de niveles que pudieran despertar alarmas. Pero los precios siguen subiendo.

Hace ocho, nueve años, Astori –en ese entonces, también ministro de Economía– afirmó que “la inflación está controlada”. La situación derivó en medidas de emergencia para evitar que el IPC alcanzara los dos dígitos.

Así, se instrumentaron subvenciones, rebajas tarifarias e incluso se inventó el “asado del Pepe”, una mezcla de huesos y grasa, que se comercializaba más barato.

En las últimas horas, el gobierno mantuvo contactos con empresarios privados a los efectos de cambiar ideas sobre la posibilidad de efectuar acuerdos para congelar precios de ciertos artículos.

Este extremo es una de las herramientas para evitar una mayor inflación. El año pasado se aplicaron mecanismos similares con 28 productos. También se acudió a este sistema en otros momentos. Siempre se ha logrado disfrazar al IPC, pero salvada la emergencia, los precios volvieron a aumentar.

En marzo de 2014, se estableció un acuerdo para la congelación de ciertos precios, sobre todo pan, quesos y rebajas tarifarias y de las apuestas del 5 de Oro. Así estamos, todo encarecido.

Expertos de la Cámara de Comercio reiteraron su posición contraria a la congelación de precios, que consideran un factor de distorsión del mercado, poco útil para determinar un freno a la inflación.

Se trata, en realidad, de medidas a corto plazo, con efectos breves y pocos efectivos. Además, esta vez el gobierno está atado con las medidas restrictivas impuestas en los organismos; difícil rebajas tarifarias.

Naturalmente, los gobiernos frenteamplistas han caído en frecuentes fracasos durante la lucha contra la inflación, que ha tenido pocos lapsos de tregua. Los gobernantes sólo han acudido a aplicar maquillajes al IPC, sin encontrar una cura efectiva del flagelo.

Las autoridades han promovido, de alguna forma, el consumo, pese a los conceptos en contrario del ex presidente José Mujica. Aunque nada se han preocupado en detener el alza de los precios de alimentos. Mes a mes, el INE informa de las subas.

Por otro lado, el aumento permanente de la cotización del dólar ha comenzado a influir en la inflación, no solo a través de los productos importados, sino también por aquellos artículos que requieren materia prima importada.

¿Es posible soportar los precios actuales?: cebollas a $75 el kilo; ajíes rojos entre 90 y 100 pesos el kilo; papas a más de $40; bananas ecuatorianas a más de $60; tomates a $60-70; peras $70.

El gobierno ajustó al alza el precio de los combustibles, que ahora tendrá impacto en el precio de productos y servicios. Se avecina, pues, una ola de incrementos, de mantenerse el ritmo actual.

El precio de la carne aumentó dos veces en el transcurso de julio, un 10% en total. Las pulpas se venden a más de $200 el kilo; el asado entre $150 y $180 el kilo.

También se ha incrementado el precio del pescado, quesos, fiambres; comprar pan, bizcochos (alrededor de $8 y $9 cada uno) y yogur implica esfuerzo financiero importante.

“Tartufo”, una obra teatral escrita por Moliere, estrenada en 1664, cuestiona a las personas que fingen una cosa y, en realidad, son otra. El diccionario de la Real Academia Española, dice que tartufo es alguien “hipócrita, falso”. El ministro Astori se acerca, cada vez más, al drama de Tartufo.

Mientras tanto, los sufridos uruguayos, en poco tiempo miraremos a los supermercados “como a esas cosas que nunca se alcanzan”.

Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.