Por Jorge Ciasullo
Pese a las definiciones gubernamentales, es poco lo que se ha avanzado en concreto en el Mercosur, que sigue trabado por Argentina. Uruguay tiene que hacerse valer
Entre los días 16 y 17 del corriente, se llevó a cabo en Brasilia una nueva Cumbre del Mercosur (48ª) en la que participaron el Canciller Rodolfo Nin Novoa y el Ministro de Economía Danilo Astori. Al regreso a nuestro país, en conferencia de prensa, los funcionarios anunciaron un cronograma de reuniones, que se iniciará el próximo 14 y 15 de agosto en Paraguay, continuará en setiembre con una reunión con la Unión Europea culminando el último trimestre del año, con el objetivo de cerrar las negociaciones con ese bloque.
En la reunión en Asunción el próximo mes, según se anunció, Uruguay presentará una lista de bienes que refleja el 92% de sus productos para comercializar con la Unión Europea.
En esa oportunidad, el Canciller Rodolfo Nin Novoa, introdujo un término, por lo menos novedoso en lo que hace a la integración económica. En efecto, se refirió a “dos velocidades" para hacer efectivo el acuerdo Mercosur Europa. Así, Uruguay y Brasil adelantarían la negociación con la UE, mientras que Argentina avanzaría en el acuerdo “a su ritmo con más dificultades que los demás países del Mercosur”.
Pocos días después el Embajador Uruguayo en Bruselas Walter Cancela, manifestó a periodistas uruguayos que Europa firmará un acuerdo de libre comercio con todo el Mercosur o no lo firmará. A raíz de estas declaraciones el Embajador Cancela fue “observado,” por considerar el Poder Ejecutivo, que sus comentarios no se alineaban con la política fijada por el Presidente Vázquez en relación al acuerdo que busca firmar entre el Mercosur y la UE.
Más allá de este “incidente doméstico” es muy probable que el Embajador Cancela esté en lo cierto, porque desde siempre la UE ha manifestado su voluntad de negociar de bloque a bloque.
Por otra parte, en lo que refiere específicamente a las dos velocidades, pocos días atrás el Subsecretario de Relaciones Internacionales de Argentina Carlos Bianco, interrogado por periodistas sobre el asunto manifestó: “En la mesa de negociaciones, nadie, en ningún momento planteó flexibilizar el Mercosur ni ir a dos velocidades, absolutamente nada de eso se trató”.
En lo que respecta a nuestro país, veíamos la creación del Mercosur como una apertura de mercados, que provocarían un aumento de nuestra capacidad de exportación, para lo cual nuestras empresas deberían ser competitivas. Se vislumbraba entonces, un “aprendizaje” de nuestros empresarios en cuanto a las modalidades internacionales de comercialización y competencia internacional Ese mercado ampliado traería y de hecho trajo, inversiones no especulativas orientadas al nuevo mercado.
Sin embargo, año a año el volumen del comercio interno del Mercosur ha ido disminuyendo. No se ha cumplido y no hay garantías del libre acceso a los mercados proclamado en el Tratado de Asunción, porque principalmente los “grandes” aplican en forma permanente medidas proteccionistas, o disponen una restricción o aparece una dificultad, que a veces se soluciona por decisión unilateral, pero no por un laudo arbitral que nunca se cumple, o sencillamente, suben los aranceles, sin que Uruguay o Paraguay puedan hacer nada.
Es precisamente en ese punto –la aplicación de medidas proteccionistas por parte de Argentina y Brasil– que la delegación uruguaya planteó en la cumbre un “sinceramiento” del bloque. Sin embargo: “la posición del gobierno de Cristina Fernández impidió que esa palabra quedase plasmada en la resolución final” (Búsqueda 23/07/2015).
Tampoco se ha avanzado en la coordinación de políticas macroeconómicas, como ejemplo muy simple, un integrante del bloque que disponga una devaluación afecta de inmediato a todo el resto.
Para colmo, al influjo de políticas populistas que intentan imponerse en la región, se están, en nuestra opinión, orientando la toma de decisiones del Mercosur, que no siempre van de la mano de los intereses comerciales de sus miembros.
En definitiva, parecería que hay dos visiones en la forma de encarar las negociaciones con las UE –cuya discusión lleva más de 20 años– coincidimos en la necesidad de hacerlas, pero también creemos que, previamente, deben solucionarse algunos aspectos que atentan con el objetivo de la creación del Mercosur y por el cual integramos el bloque. Estamos de acuerdo con lo manifestado por el canciller uruguayo en la reunión cerrada: “Uruguay necesita un sinceramiento del bloque y una reactivación porque no puede seguir como está” Búsqueda 23.07.2015)