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Felipe y Venezuela
 El ex Presidente de Gobierno de España Felipe González se ha incorporado a la defensa de Leopoldo López y Antonio Ledezma, líderes de la oposición venezolana arbitrariamente presos.
El gesto de Felipe González ha tenido un “apoyo rotundo de todos los socialistas”, según lo dijo el Secretario General Pedro Sánchez, quien expresó el apoyo del Ejecutivo Federal del PSOE.
También el gobierno español le ha felicitado, en boca de su Ministro de Relaciones Exteriores.
Lo interesante es que le han apoyado los líderes de “Ciudadanos” y de “Podemos”, la nueva agrupación populista. El líder de esta última ha expresado su “completo respeto” a la actitud de González.
Es muy importante lo ocurrido porque Felipe González es el líder político europeo con mayor resonancia en América Latina, respetado por tirios y troyanos, porque si su condición de socialista concita apoyos hacia la izquierda, su inquebrantable compromiso democrático lo provoca en todo el espectro político (salvo fascistas, populistas y comunistas, que lo han menospreciado siempre).
Por cierto, su gesto no es excepcional en Europa, dada la explícita condenación del Parlamento Europeo a las arbitrariedades del régimen venezolano y también la clara actitud de la Internacional Socialista. Lo importante, lo que debe subrayarse una vez más, es cómo en el mundo entero no hay demócrata que no se sienta herido por esa situación y sea, en cambio, en América Latina donde los gobiernos populistas se “empatotan” (valga la expresión) para ayudar a Maduro, frente a la timidez de quienes reconocen la situación de facto que se vive en la mal llamada “república bolivariana”.
Por supuesto, los voceros “maduristas” (no es bueno llamarles “bolivarianos”, porque nada tienen en común con el Libertador) ya han salido a insultar al estadista español. Le agravian, le intentan descalificar. Naturalmente, no pueden desconocer su calidad de líder democrático, pero entonces le atribuyen farsescamente intereses comerciales.
El hecho comentado es otro paso en el aislamiento internacional del régimen venezolano, del que no quieren darse por enterados gobiernos como el brasileño o el argentino, a quienes señalamos particularmente porque se supone que actúan dentro de la Constitución y tendrían la sensibilidad mínima para entender que está en juego la causa de la democracia y los derechos humanos. Que es lo mismo que ocurre, inexplicablemente, con el Frente Amplio y sus principales líderes, que desnudan su ínfima convicción democrática. |
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