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Siete años después de las promesas de Tabaré Vázquez, las cárceles siguen siendo inhumanas

El 1º de marzo de 2005, en el acto mussoliniano que realizó el Presidente Vázquez ante el Palacio Legislativo, uno de sus párrafos más impactantes fue:

“La grave situación existente en las cárceles y la falta de atención a las víctimas del delito, NOS DETERMINA DECLARAR, A PARTIR DEL DÍA DE HOY, EL ESTADO DE EMERGENCIA HUMANITARIA EN TODO EL PAÍS. Para superarlo, para superar este estado, cumpliremos medidas de urgencia e iniciaremos inmediatamente el proceso de medidas de corto y mediano plazo: a) Medidas de urgencia para encarar resueltamente los problemas de hacinamiento, alimentación y salud en todos los establecimientos penitenciarios, procurando involucrar a instituciones y a las personas privadas de libertad y sus familiares en forma ordenada y respetuosa de sus necesidades humanas, comisiones por unidad, comisiones por módulo, y atención inmediata de los procesados sin condena, informándoles del estado del expediente judicial y ayudándoles al más rápido trámite del mismo, recurriendo a estos efectos a la colaboración voluntaria y honoraria de abogados jóvenes y de estudiantes.”

“Tener en cuenta uruguayas y uruguayos que la Tasa Media Mundial de población carcelaria de un país, respecto a la población total del mismo es de 0.5 por mil. De acuerdo a esa estadística, Uruguay debería tener unos 1500 presos, hoy tiene casi 7000, la mayoría jóvenes y pobres, y la pobreza no se combate construyendo cárceles para jóvenes.”

“Repetimos algo ya dicho por nosotros: “Seremos severos, muy severos con la delincuencia, pero seremos implacablemente severos con las causas que llevan a la misma”,

Pese a esa solemne declaración, emitida nada menos que al momento de asumir la Presidencia, ninguna de aquellas promesas se convirtió en realidad, al punto que una actualización que se presentó hace pocas horas del Informe presentado en 2009 por el relator de Naciones Unidas, Manfed Nowak, confirma que se mantienen en nuestras cárceles las mismas condiciones: el sistema carcelario “Está caracterizado por una violencia estructural” y se observa un “trato abusivo y condiciones inhumanas”.

El documento, que es un seguimiento de las políticas que se llevaron adelante desde 2009, indica que los cambios en las cárceles son superficiales y que las mejoras en algunas instalaciones tendrá solo “un efecto temporal”, ya que se sigue sin “poner énfasis en la educación de los reclusos”.

En cuanto a la inclusión de militares para los controles de ingreso a cárceles, se cataloga como “uno de los hechos recientes más preocupantes” y que “pone en peligro los planes de reorientar el sistema penitenciario hacia el objetivo de la rehabilitación”. Se considera que esto “no resolverá los problemas de la corrupción y el ingreso de armas a las cárceles”. “Solo es un paso más en una política centrada en soluciones temporales y superficiales”, agrega.

El informe inicial del relator Nowak sostenía que el sistema carcelario uruguayo era —en 2009— inhumano. En 2012, a siete años de las solemnes promesas de Vázquez, todo sigue igual.

Informe indica que cambios en cárceles son superficiales. Sostiene que el sistema carcelario está caracterizado por una “violencia estructural” y observa “un trato abusivo y condiciones inhumanas”.

Los asesores Moritz Birfc y Jorg Stippel presentaron ayer el informe, en el marco de la conferencia “La prevención de la tortura y de los tratos crueles, inhumanos o degradantes en Uruguay”. Este informe es el que el ministro del Interior Eduardo Bonomi aguardaba para luego ser interpelado en el Parlamento, y el cual analizará en estos días.

El documento es un seguimiento de las observaciones hechas por Nowak en 2009, para aconsejar cumplir con las que aún no fueron modificadas. Esto se enmarca en el proyecto “Atlas de tortura”, financiado por la Unión Europea, y comandado por Nowak, quien visitó el país en marzo. “Estaremos expectantes ante el resultado de esta jornada de trabajo, desde la que ya descartamos constituirá un valioso aporte en el proceso de reforma policial y penitenciaria”, dijo Bonomi ayer al inicio de la conferencia previa a la presentación.

Los asesores mencionaron, entre los principales aspectos observados, que “el sistema carcelario está caracterizado por una violencia estructural”, así como se observó un “trato abusivo y condiciones inhumanas que llevan a un espiral de violencia”.

Expresa también que “la mejora de las condiciones generales en alguna de las nuevas instalaciones tendrá solo un efecto temporal” en la situación carcelaria, ya que no se hace énfasis en las políticas de educación de los reclusos. Si bien se destaca la creación del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) y sus políticas de rehabilitación proyectadas, “resulta particularmente llamativo que algunos directores de cárceles contratados son policías con muchos años de servicio en unidades especiales (Guardia Republicana)”. Y agrega: “Esta élite de oficiales de policía están ahora llamados a representar el cambio hacia una administración civil. En efecto, el cambio desde la administración policial al poder civil bajo estas condiciones, se muestra solo en apariencia. Es difícil imaginar cómo una nueva cultura institucional sobre una administración penitenciaria focalizada en los derechos de las personas privadas de libertad y su rehabilitación puede ser promovida de esta manera”. En referencia a la inclusión de guardiacárceles civiles, también considera que “de no ajustarse el actual proceso de cambio corre serio riesgo de no producir los efectos deseados”.


No hay rehabilitación posible en estas condiciones

Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.