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Vergüenza + mentira = Mentira vergonzosa.
Por Consuelo Pérez
 Casi al unísono, el presidente Mujica y el candidato Vázquez recurren a discursos que ante un mismo asunto están en las antípodas, evidenciando la truculencia de un mecanismo que hasta ahora, les ha dado sus frutos.
Nadie se cree a esta altura –nadie con sensatez– los discursos de Vázquez, cargados de triunfalismo, de autobombo por los “logros” de estos dos períodos de gobierno frenteamplista, con un desprecio ya habitual hacia el adversario, y con la negación de realidades ostensibles, que le hacen repetir que “ganaremos en primera vuelta con mayorías parlamentarias”, ante el puñado de seguidores –niños incluidos- que vemos en los medios.
Por más que se empeñe en resaltar los avances en Educación y en Salud, por ejemplo, hay que ser ignorante o estar muy enfermo, para creerle.
Pero eso no cambia el discurso del oficialismo, que a pesar de haber sido manchado en muchas oportunidades por las salpicaduras de la corrupción, no tiene empacho en proclamar que “Vamos por más”, en un mensaje tan demagógico como inquietante.
Todo esto no asombra a nadie, y es repetitivo y aburridor, aspectos quizá atribuibles a la biología de quien los repite, lo que comprendemos y aceptamos en ese sentido.
Pero lo que sí asombra es la actitud que en estos días ha adoptado el presidente Mujica.
Porque es opuesta a la de Vázquez ante los mismos temas, porque asume que “la embarramos”,“la chamboneamos”, “metimos la pata” en asuntos que han hecho mucho daño al país en lo económico por los patéticos resultados, pero que han hecho mucho más daño en lo institucional y en la credibilidad del incauto ciudadano.
Y mientras tanto, el Frente Amplio cierra filas para votar en solitario los cambios al delito de “Abuso de funciones” y así sanear los procesamientos a jerarcas y ministro que la Justicia impuso, y salvar de todo mal a los “chambones”, según los conceptos de Mujica, o a los “salvadores”, según los conceptos de Vázquez.
Todo el frangollo de mentiras y encubrimiento de la verdad (“el remate dura cinco minutos” había dicho Mujica) se entrevera en estos días en una ensalada difícil de digerir, aderezada con quimeras, posturas de anciano bien intencionado, y soberbia inaceptablee insultante del médico candidato, en un discurso tan insostenible como las gestiones que el gobierno realizó.
Porque las faltas hay que reconocerlas.
Una gestión de gobierno no se construye con intenciones separadas de la legalidad, de las normas y de la contemplación y consideración de las advertencias que la “oposición” realice en ese sentido.
Esta ha sido la constante en todos los asuntos “con fórceps” que han culminado muchas veces, como es sabido, con declaraciones de inconstitucionalidad en el mejor de los casos.
La “Asociación para Delinquir”, o sus variantes, como la “Asociación para cambiar los delitos”, pronta para ser transitada por el Frente Amplio, parece ser una constante y hoy el principal asunto en este “Gobierno Honrado, en un País de Primera”.
Lindo tema para la campaña electoral... |
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