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Una conqista digna y una indignidad
 La Presidenta de “Abuelas de Plaza de Mayo” acaba de encontrar e identificar a su nieto, hijo de personas asesinadas por la dictadura argentina. Su lucha ha sido digna y reconfortante y a todos nos regocija. La señora Estela de Carlotto actuó con sobriedad y sin revanchismos, lo que motivó que varios medios de prensa la entrevistaran. De allí surgen testimonios muy conmovedores pero también algunas evidencias respecto a la miserable politización que han hecho las “Madres de Plaza de Mayo”, de la mano de la señora Hebe Bonafini.
La triste historia es conocida, dado que todos los medios argentinos dedicaron amplios y merecidos espacios a cubrir la increíble peripecia del joven re-encontrado, Ignacio o Guido, separado de su madre a las pocas horas de nacer. Son los dramas que arrojan las dictaduras y que recién ahora se están cerrando, aunque en Argentina todavía hay 400 nietos, hijos de personas muertas, que están vivos pero sin conocer su verdadera identidad.
Entre los reportajes concedidos, sobresale uno que le hizo “Perfil”, en el que la señora De Carlotto relata con detalle su actuación al frente de “Abuelas” y explica las razones por las que su organización se separó de las “Madres de Plaza de Mayo” por la politización con que la señora Hebe de Bonafini manejaba la búsqueda de los descendientes de personas desaparecidas, ya que sostenía que “a los nietos no hay que buscarlos porque ya están contaminados, ya no se salvan”.
Es decir, la señora Bonafini dijo que a los a “los nietos” no hay que buscarlos, porque su identificación no daría rédito político, ya que están “contaminados”. Son personas adultas, de 35 años aproximadamente, que han sido criadas en otros ambientes y que quizás no piensen de acuerdo a los estereotipos demagógicos del peronismo K.
Un horror lo de Bonafini, lo peor que puede pasar. Doña Hebe, amiga de doña Cristina, ícono K, acusada por varios casos de corrupción no tiene ningún interés en los derechos humanos, sino en cómo se lucra con ellos. Cómo se lucra políticamente y cómo se lucra económicamente.
Por suerte para Argentina, así como hay personas de tan baja condición moral como Bonafini, hay también personas dignas y altivas como Estela de Carlotto.
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