Correo de los Viernes - Imprimir Noticia
Imprimir

De responsabilidades políticas

Por Julio María Sanguinetti

Las dificultades de Montevideo y su área metropolitana con el agua han convocado a todos los demonios. Es lo que suele ocurrir con los episodios calamitosos, sean del tipo que sean, y el Uruguay no faltó a la cita.

Entre los ingenuos y los especuladores políticos, los sabelotodo que nunca faltan y la diversidad inevitable de opiniones "científicas", hemos visto y escuchado todo tipo de exageraciones.

Naturalmente, la parafernalia frentista encendió a sus voceros políticos y profesionales, primero para convencernos de que estábamos a punto de morir de un infarto o padecer insuficiencias cardíacas insuperables. Las opiniones serias fueron abriéndose camino y quedó claro que, para la gente con riesgo cardíaco, consistía en cuidar la dieta y rebajar todo lo posible la sal, ya que el agua contenía una dosis de sodio superior a la normal. Nada inmanejable, entonces.

Desde ya que el agua no es rica, acostumbrados como estamos a una clásica H2o agradable. Pero felicitémonos de que OSE tiene técnicos y personal con imaginación y audacia para paliar una situación crítica, con medidas de emergencia que hasta ahora vienen evitando una catástrofe mayor.

Todo esto, sin embargo, no ha sido nada al lado de la lamentable cacería de "culpables" que organizaron los dirigentes frentistas, encabezados por el hoy iracundo Fernando Pereira, que acusó al gobierno de "irresponsable" por no haber tomado "las medidas suficientes para evitar un problema de este tamaño".

Él sabe bien, como lo sabemos todos, que era imposible "evitar" las consecuencias de una sequía histórica en toda la región, tanto en Argentina (cuya cosecha quedó en la mitad) como entre nosotros.

La solución de fondo es invertir en una planta que nos libere de la dependencia de la cuenca del Santa Lucía, desde siempre la única fuente de abastecimiento a la capital. Es lo que hizo el gobierno y ya se está en la etapa de abrir las ofertas al llamado para construir la usina de Arazatí, sobre el Río de la Plata. Esa es la solución, financiada a través del mecanismo de la iniciativa privada.

Se invoca la prioridad que debió tener el proyecto del arroyo Casupá, que OSE tenía estudiado, sin asumir que mantiene la misma dependencia de hoy. Por supuesto no estaría terminada, pero además también habría sufrido particularmente la sequía como todas las tomas sobre la misma cuenca.

Si de responsabilidad política se trata, está claro que ella recae rotundamente en los 15 años de gobierno frentista. Allí se planteó el tema y se postergó. Lo ha reconocido rotundamente nuestro colega Mujica: "Huidobro lo tenía muy claro y nos dormimos. Siempre cuando hablamos de presupuesto estamos tirando una frazada para un lado y para otro. Todo el mundo la disputa y a veces le erramos en las prioridades y nos confiamos. Esto del agua lo debimos haber enfrentado mucho antes, pero así es la cosa. Yo cargo con la mía, que otros carguen con la de ellos..."

Esto había quedado claro en el programa Desayunos Informales, del Canal 12, al quedar la Intendenta de Montevideo enfrentada a los testimonios irrefutables de la época, cuando el Ministro Astori reclamaba prioridad para el agua y la Ing. Cosse quería hacer el Antel Arena. "En esa discusión -ha recordado ahora el mismo Astori- la verdad es que triunfó la tesis del presidente Vázquez, que fue la de realizar el Antel Arena, seguramente con efectos negativos sobre otras posibilidades de inversión que el país tenía, una de las cuales está mostrando consecuencias en este momento, como es el caso del agua".

Está todo claro. El Frente llevó adelante un plebiscito declarando "derecho humano" el acceso al agua, instauró un monopolio en OSE que no existía, logró convencer al 64% de la población, pero luego no hizo nada para lo que importa, que es asegurar su llegada a la gente. Cerró algunas posibilidades de inversión privada y priorizó una sala de espectáculos.

No se trata ahora de quedarnos en el reproche. La responsabilidad está clara. Al actual gobierno solo se le podría reprochar que la tramitación de la construcción de Arazatí fuera más rápida, pero sin que naturalmente llegara a tiempo para atender nuestra escasez actual. Habrá de renacérsele que no se hizo el distraído y que encaró la solución en serio, como viene haciendo en los grandes temas nacionales.

Por supuesto, no ganamos nada con comprobar la incuestionable responsabilidad política del Frente, reconocida por sus figuras mayores. Esta circunstancia, sin embargo, tiene el mérito de descalificar su tormentosa oposición, cargada de un oportunismo cínico. Asombra que sin movérseles un pelo le reclaman al actual gobierno lo que no hicieron ellos. Del mismo modo que se oponen a la transformación educativa, cuando entregaron en ruinas ese servicio esencial, o -luego de reconocer su necesidad- enfrentan furiosamente la ley que vuelve a darle, en el mediano plazo, estabilidad al sistema de seguridad social.

Confiemos en que la lluvia nos traiga tranquilidad. Ella será la hora de empujar con todo Arazatí y no permitir que el Frente paralice esa obra imprescindible, con su trasnochada invocación al monopolio que creó.

Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.