El día de ayer, 17 de noviembre, se cumplieron 107 años de una de las conquistas más importantes del Batllismo, la ley de ocho horas.
La Ley Nº 5.350, que dispuso una jornada laboral de ocho horas y estableció que en ningún caso el tiempo laboral podría exceder las 48 horas por cada seis días, es el emblema más reconocido del Batllismo, el que marcó el inicio de un ciclo reformista que puso al Uruguay en la vanguardia de la legislación laboral de la mano del Partido Colorado. Tanto es así, que en países como España, Alemania, Italia o Francia, la misma legislación se adoptó recién en 1919, casi un lustro después que nuestro país.
Con maestría, el ex Presidente Sanguinetti narra en su libro más reciente, "La fuerza de las ideas...":
"Durante la primera presidencia de Batlle, en 1906, se presenta el proyecto de ley de ocho horas de trabajo y de descanso semanal obligatorio y rotativo. No logra mayoría por la oposición de los sectores conservadores, pasa el gobierno del Dr. Williman sin avances y en su segunda presidencia Batlle y Ordóñez vuelve a intentar, sin éxito, su sanción, detenido por una mayoría circunstancial nacionalista y riverista. Los debates son ardorosos. Ríos de tinta se escriben de un lado y otro de la polémica."
Ocho años después de la presentación del proyecto original de Don Pepe, durante el gobierno de Feliciano Viera, se aprueba la histórica norma. Según cita Sanguinetti, en 1923, en el diario El Día, Batlle dice sobre Viera y la aprobación de la ley de ocho horas: "...tendrá siempre ese título a la consideración de las clases trabajadoras".
Como asegurábamos aquí en Correo hace unos años: "una mención rápida permite recordar que la ley de ocho horas fue acompañada por otras garantías, como las normas sobre descanso de los obreros, la prevención de accidentes de trabajo, las pensiones a la vejez, los seguros colectivos, el funcionamiento de los acuerdos colectivos de trabajo y la distribución de las ganancias de las empresas entre los empleados..."
Para dimensionar la obra del Partido Colorado en materia laboral 107 años después de la histórica ley de ocho horas, basta con detenernos a pensar, por nombrar un sólo ejemplo, en la importancia que adquirió durante la pandemia el instrumento de los seguros de desocupación.