Correo de los Viernes - Imprimir Noticia
Imprimir

Tetas. Historia natural y no natural

Por LA LIBRERIA

Ed. Godot, 328 páginas, 2022. Por Florence Williams.

"Las tetas son prácticamente el único órgano que el cuerpo tiene que aprender a usar, y no es un proceso para todo el mundo..."

"Lolas", "bubis", "melones", "pechugas", "gomas", "estantería", "flotadores" y "delantera", son algunos de los adjetivos que releva Florence Williams al iniciar su ensayo que hoy nos llega con la traducción de Laura García.

Desarrolla la contradicción que al constituir una característica humana sumamente popular, sabemos muy poco sobre la biología básica de las tetas; incluso hoy en día cuando se muestran en bikini o al desnudo, se las ostenta, se las mide, se las infla, se sextean, se transmiten en directo, se maman, se perforan, se tatúan, se decoran y se fetichizan de todas las maneras posibles.

Algunas cosas sabemos, como que aparecen en la pubertad, crecen durante el embarazo, a veces se enferman y sabemos que varones a veces desarrollan mamas.

Es un dato alarmante que se forman más tumores en las mamas que en cualquier otro órgano, y el cáncer de mama (cuya incidencia prácticamente se duplicó desde la década de 1940, y sigue en aumento) es la malignidad más frecuente en las mujeres.

Ahora, ¿por qué tenemos tetas? Compartimos el 98% de los genes con los chimpancés, pero en ése inconmensurable 2% están los genes que determinan las mamas. La única especie que desde la pubertad está dotada con estos dos suaves orbes, es la humana. Otras primates desarrollan bultos pequeños cuando tienen que amamantar, pero desaparecen tras el destete.

Las tetas son un rasgo que define a la humanidad; las glándulas mamarias son la característica a partir de la cual se definió nuestra clase taxonómica. Así, Carlos Linneo nos definió como mamíferos. Pero al parecer, ésta clasificación (Carlous Linneo, Systema Naturae, décima edición, Estocolmo, Laurentius Salvius, 1758) no responde únicamente a motivos científicos, sino también políticos. Linneo, padre de siete hijos, aborrecía la costumbre (muy común entre las clases medias y altas europeas de su época) de dejar la lactancia de los bebés a manos de nodrizas, pues muchos bebés morían de desnutrición y contraían enfermedades a causa de ésta práctica.

La historiadora de la ciencia Londa Schiebinger (Londa Schiebinger, Nature's Body. Gender in the Making of Modern Sience, Boston, Beacon Pres, 1993, p. 67) sostiene que, si bien Linneo estaba preocupado por la salud de los bebés, también estaba profundamente perturbado ante la posibilidad de que hubiera una mayor igualdad entre los sexos durante el Renacimiento. Para él, el lugar de la mujer era el hogar, dónde debía actuar de acuerdo a los planes de la naturaleza.

"Tetas..." es, en parte, un libro de biología, antropología y periodismo. Si nos preguntamos ¿por qué tendríamos que conocer mejor las tetas y por qué deberían importarnos? La autora señala una serie de respuestas; como individuos y como cultura, nos gustan mucho, de manera que le debemos el favor. También, si queremos protegerlas y cuidarlas, tenemos que entender sus procesos y saber cuándo se encuentran mal.

Son más importantes de lo que creemos.

Por César Quintana

Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.