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México: la pataleta totalitaria de AMLO

Por Edu Zamo

Estados Unidos será la sede de la IX Cumbre de las Américas del 6 al 10 de junio, con el lema "Construyendo un futuro sostenible, resiliente y equitativo" para nuestro hemisferio. Las naciones americanas -como el resto del mundo- se dividen en dos grupos: democracias y dictaduras. México forma parte -por ahora- del primero.

Brian Nichols, jefe de la diplomacia para las Américas, dijo que en la III Cumbre -en Canadá- los líderes regionales acordaron el estricto respeto a la democracia como condición para participar en la Cumbre. Estados Unidos, anfitrión de la próxima Cumbre en Los Ángeles, recordó que el respeto a la democracia es clave para participar en la cita. Desde la primera cumbre hemisférica, realizada en 1994 en Miami, el fortalecimiento de la democracia ha sido central, reafirmado en 2001 cuando se aprobó la Carta Democrática Interamericana. En la III Cumbre los gobernantes defendieron la estricta vigencia democrática, como condición esencial para participar en el futuro. Desde entonces, cualquier interrupción del orden institucional representa un obstáculo. Nichols recordó que Cuba, Nicaragua y Venezuela no respetan la Carta y por lo tanto no espera que estén presentes.

En las elecciones libres de 2018, el mexicano López Obrador llegó al poder. Ahora, sin embargo, muestra simpatía por las dictaduras. Sus dichos y hechos dan la impresión que pretende imitarlas. Ser otro autócrata del triste grupo. Su amenaza de no concurrir a la Cumbre si el anfitrión no invita a La Habana, Managua y Caracas, lejos de ser una muestra de independencia, es una demostración de obsecuencia. Esta actitud exhibe a México ante el mundo como una nación afín al autoritarismo, a la represión. Implica una piedra en la relación con Washington y las democracias americanas, con quienes le conviene tener las mejores relaciones. Recientemente, en su visita a Centroamérica, AMLO se quejó de que Washington no entrega el dinero prometido para el desarrollo -U$S 4.000 millones- y frenar así la llegada masiva de inmigrantes. Pero es la errática política exterior mexicana y su caos administrativo quienes frenan el programa.

Durante una conferencia de prensa desde Palacio Nacional, López Obrador declaró que "si se excluye, si no se invita a todos, va a ir una representación del gobierno, pero no iría yo, me representaría el canciller, Marcelo Ebrard". Además, dijo que si un país rechaza asistir es su derecho, pero "¿cómo una cumbre de América sin todos los países de América? ¿De dónde son los no invitados? ¿Son de otro continente, de otra galaxia, de un planeta desconocido?". Un desplante como éste, además de falto de fundamento jurídico, es inútil y cínico. Una demostración de apoyo a dictaduras que oprimen a sus pueblos y los mantienen en la miseria. Implica además ignorar la Carta Democrática vigente. Sólo queda esperar que no convierta el funesto trío autoritario en un cuarteto. Le queda tiempo para intentarlo.

En su reciente viaje a Cuba, AMLO mostró gran sintonía con el sátrapa Díaz-Canel, y aprovechó la visita para estrechar relaciones entre ambos países. Hace años, al conocer la muerte de Fidel Castro, lo definió como un luchador social y político de grandes dimensiones, que estaba a la altura de Nelson Mandela.

Días más tarde de su amenaza inicial, el dirigente mexicano aclaró que no descarta que Joe Biden invite a todos los estados a California. Explicó que le dio gusto que la Casa Blanca afirmara que aún no envió las invitaciones. "Nadie tiene derecho a hablar en nombre de toda América y de decidir quién participa y quién no. Somos países independientes, libres, soberanos. Nos regimos no por mandatos de hegemonías, de países extranjeros", argumentó López Obrador. Se ve que ignora lo básico: ningún régimen autoritario representa ni habla en nombre de su gente. Sólo representa a la pandilla que mantiene el poder por la fuerza. El presidente boliviano, Luis Arce, delfín político de Evo Morales, asumió idéntica postura.

El Departamento de Estado confirmó que descarta invitar a las tres dictaduras por la ausencia de libertad. En medio de la controversia, México descartó futuros roces con el Gobierno americano, al considerar que Biden es una persona buena, responsable, demócrata, y sabe que debe respetarse el derecho a disentir. Claro que olvidó mencionar la ausencia del mismo derecho en los regímenes que defiende. Según AMLO no habrá represalias, pues ha recibido un trato muy respetuoso de la Casa Blanca. Parece confundir la política con los modales diplomáticos.

La Cumbre, al ser la única reunión de líderes de toda América, constituye el foro más importante para tratar desafíos y oportunidades comunes. Posee la mayor importancia para la estrategia continental de Washington, que intenta crear una alianza que asegure compromisos y acciones concretas. Fomentar la recuperación ecológica y apoyar democracias fuertes.

Uruguay, una de las democracias más sólidas y ejemplares del continente desde 1985, obviamente está invitado. Y hay que celebrar que Washington, en tristes épocas de su historia defensor de dictaduras militares, apoye como corresponde la libertad.

Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.