Por Orlando Cuicar Ortiz
Aunque a veces la lucha de la oposición parece estancarse, no hay marcha atrás ni abandono de la militancia. El proceso es irreversible.
Venezuela vive uno de sus peores momentos en toda su historia republicana producto del establecimiento de una dictadura. Nicolás Maduro llega al poder por la euforia política del momento donde el caudillo recién fallecido, Hugo Chávez, a punta de políticas públicas basadas en el despilfarro de la renta petrolera, dejó a este hombre como su heredero, creando una falsa esperanza de progreso y bienestar, totalmente contraria a los resultados de su política económica.
Desde el año 2013 Venezuela ha tenido una caída sostenida de su PIB que acumula un 56% de descenso, una tasa de inflación de 10 millones porcentual, un11% de su población (3.5 millones de personas) ha abandonado el país, niveles de inversión extranjera que supera por unos puntos a Haití y el colapso total de todos los servicios públicos.
El país más rico y generoso del continente americano hoy es el más pobre y todo por mantener en el poder a una aristocracia política corrupta que tiene vínculos con el terrorismo y el narcotráfico. Se han violado todos los derechos humanos donde se contabilizan más de 637 presos políticos entre ellos la reciente detención del 1er Vicepresidente de la Asamblea nacional y dirigente del partido Acción Democrática, diputado Edgar Zambrano; miles de detenidos y torturados además de las constantes amenazas a la sociedad a través de grupos paramilitares denominados colectivos, donde muchos de sus integrantes son delincuentes y asesinos.
La violación sistemática de la Constitución nacional al desconocer al único órgano público legítimamente electo como lo es la Asamblea Nacional que ha demostrado la usurpación del poder por parte del Sr. Nicolás Maduro; mostrando todo el fundamento legal que ha contado con el respaldo de la comunidad internacional entre ellas del propio gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica y de la comunidad Europea, en exigir la salida del dictador y tomar un camino hacia la democracia.
Ahora las acciones del Presidente Encargado Juan Guaidó han sido de prudencia para evitar más derramamiento de sangre en el país, coaccionar a las fuerzas armadas a cumplir su rol como garante de proteger al pueblo y a la constitución y no a una secta política. La salida de Leopoldo López el pasado 30 de abril, hoy asilado en la Embajada de España en Caracas, muestra la fractura de las propias fuerzas armadas nacionales, que sin embargo aún se espera acepten en su gran mayoría el darle el respaldo Guaido. Sin embargo, el dictador se ampara en decisiones ilegales de la Asamblea Nacional Constituyente la cual se creó como supra poder que emite leyes y suplanta las propias funciones de la Asamblea nacional cuando en la propia Constitución no le da esa competencia generando el caos reinante en el país.
Miedo y temor entre la población civil que tiene sus esperanzas en una salida del régimen para que retorne la paz al país y el progreso que tanta falta necesita para recuperar el camino del crecimiento, pero para llegar a ello se debe salir de un modelo político podrido que engendró el Chavismo en Venezuela y que debe ser un ejemplo para todos los países del peligro que tiene el darle poder a personas que por un lado pretenden vender el socialismo como la salvación y por el otro lado tener cuidado con en el populismo donde el estado todo lo puede pero no te dice como se paga.
Para finalizar solo le pedimos a las personas que Venezuela está luchando para salir de donde está y volver a ser el motor del desarrollo de Latinoamérica cuyo pasado fue ejemplo para la región y que recibió a miles de uruguayos con los brazos abiertos. Se está luchando contra el atraso, contra la mediocridad, contra la corrupción, contra el caudillismo, contra la barbarie política, contra el asesinato de jóvenes que salen a protestar, contra el chavismo. Solo imagínese estar seis días sin electricidad, no conseguir transporte público o taxi, no tener dinero en efectivo, las telecomunicaciones un caos, no tienes internet, sin agua, los precios suben todos los días, tu hijo o tu padre se va del país, cada vez te sientes solo en la empresa donde trabajas porque la gente renuncia ya que es más caro pagar el pasaje que el salario a recibir, tu jefe te dice que van a cerrar la empresa porque no tienen nada que vender, no conseguir la medicina de la presión de tu mamá. Vivir en un país donde cada día cierra un negocio y ves menos gente en la calle. Esa es la Venezuela de hoy y con el apoyo de todos saldremos de esta pesadilla que nos va a fortalecer como sociedad.
