Vacilaciones y contradicciones de un candidato

El pensamiento político del intendente Martínez es poco conocido. Experto en decir generalidades y en conceder sonrisas sin motivo, una de sus expresiones más conocidas es “vamo’arriba”, lo que quizás procure expresar optimismo, pero también puede significar el vacío, la nada. Por eso resultó oportuno un reciente reportaje en el que aparecieron las primeras contradicciones del candidato. Se sorprendió cuando el periodista le recordó que, hace un tiempo, él calificaba a Sendic como “brillante”. Y se hizo el distraído cuando le recordaron que, cuando el propio Astori ya advertía sobre el enorme agujero negro que dejó Ancap, el ex presidente de la empresa estatal y luego Ministro de Industria, entonces senador, dijo desconocer la grave situación. Invocar desconocimiento en un tema central del país es un antecedente muy pesado y negativo para alguien que aspira a ser presidente.

La posibilidad que nos ofrece internet de rastrear en los archivos de los hombres públicos pone —o debería poner— a los candidatos en la situación de enfrentarse con sus propios dichos o conductas. Por ejemplo, el intendente de Montevideo Daniel Martínez ha anunciado recientemente que hará críticas a la gestión del Frente Amplio, según un informe del semanario “Búsqueda”. Martínez fue, desde 2005 en adelante, presidente de Ancap, ministro de Industria, senador oficialista y luego máximo jerarca municipal capitalino. Durante ese largo periplo nunca se supo de un juicio negativo de su parte a cualesquiera de las políticas del oficialismo. El distanciamiento surge ahora que estamos cerca de las elecciones.

Lo mismo ocurre con su más reciente expresión en el sentido de que hay que reprimir y meter presos a “los malandros”, lo que contradice lo que los gobiernos del Frente Amplio han sostenido y han hecho. Eso es lo que la oposición siempre ha reclamado, sin referirse a “los malandros”. Martínez nunca habló de esa forma. Lo hace ahora para sintonizar con parte de la opinión pública, esa parte que, precisamente, critica al gobierno por su fracaso en materia de seguridad pública.

De esta forma, las expresiones del intendente de Montevideo aparecen como oportunistas y poco sinceras.

De la misma condición son sus declaraciones a “El Observador” respecto a Sendic y a Ancap. Sobre el exvicepresidente, Martínez se sorprendió cuando el periodista le recordó que, en su momento, lo había calificado como “brillante”. No pudo ocultar el intendente su molestia ante la consulta. Tampoco pudo justificar su aval a que el acusado Leonardo De León ingresara a Alur, propuesto por Sendic mientras era director de Ancap, cuyo presidente era entonces —¡caramba!— el propio Martínez.

Pero peores resultaron sus explicaciones con respecto a la situación financiera de Ancap. “El Observador” le recordó al intendente que cuando él era senador ya se planteaba la preocupación ante la debacle del ente petrolero, incluso por el entonces vicepresidente Danilo Astori, pero Martínez dijo que “no tenía información”. El actual precandidato frenteamplista, cuando fue el titular de Ancap diseñó el plan estratégico de la empresa petrolera, que diluyó las responsabilidades y concentró en el presidente poderes extraordinarios, que incluyó también un plan de inversiones sin análisis de sustentabilidad, que fomentó los vínculos con Venezuela, que duplicó la deuda de ANCAP en apenas tres años y lanzó la aventura de ALUR. Todo un récord por el que ya había sido señalado, pero ahora no se acuerda de nada. Para justificar su desconocimiento, Martínez acudió a un auto elogio: “Yo, que soy un hombre muy informado y generalmente no payo, una cosa es cuando estaba en Ancap, que sabía todo, y otra después. Imagínate si siendo senador —me recorría el país, hacía mil cosas— iba a estar siguiendo los números de Ancap. Repito, ahí seguramente prevaleció una actitud de defensa al gobierno”. Es decir, Martínez, que es un hombre muy informado y que no paya, no tenía información sobre el fenomenal déficit de Ancap. Pero eso sí: al hacerse el distraído o desinformado, “prevaleció una actitud de defensa del gobierno”, confesión que hace pensar que en realidad sabía lo que pasaba, pero prefirió ocultarlo. Es decir, ambas instancias lo descalifican: si no estaba enterado de la verdadera situación de Ancap, es un irresponsable; y si estaba enterado y prefirió maquillar la situación, siendo senador, también es un irresponsable.

Es bueno tener en cuenta estos antecedentes para conocer a fondo a uno de los candidatos con más posibilidades de acceder a la presidencia de la República.



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