La importancia de negociar un acuerdo entre Uruguay y China de manera bilateral o en el ámbito del Mercosur, pareciera cada vez más necesaria por diferentes motivos.

Por un lado, China participa con mayor presencia en el comercio global y es la segunda economía más importante mundialmente, recuperándose de los efectos de la pandemia del Covid-19, que en el último trimestre tuvo destacado crecimiento económico.

Por otro, respecto a la carne bovina, si bien Uruguay en el mes de julio la retomó como el principal rubro de exportación al mercado chino, el suministro a dicho mercado está siendo cubierto por una mayor participación de Argentina y Brasil y han bajado el acceso a ese mercado Estados Unidos, Australia y Uruguay.

También, al no contar con un acuerdo preferencial de libre comercio con China, las exportaciones uruguaya deben pagar aranceles, cercanos a un 80% de los bienes que se venden a ese país, lo cual los ubica en una situación de desventaja con otros países que han suscrito Tratados de Libre Comercio con Pekin, que gozan de arancel cero de acceso al mercado.

De acuerdo a un informe de Uruguay XXI, el pago de aranceles, en especial, a China, Unión Europea y EEUU, significaron cerca de 80% del total de derecho arancelarios en 2019, unos 267 millones de dólares. Si bien, dicho informe indica una importante baja de exportaciones a China (42 % menos), sigue siendo el principal mercado para la venta de los productos uruguayos.

China viene siendo el principal mercado de exportación pero, al mismo tiempo, el mercado donde se pagan más derechos arancelario casi U$S 184 millones, lo que representa más de la mitad de lo que se paga en el total de todos los mercados.

Por consiguiente, los aranceles y el pago de los mismos para el acceso a los mercados constituyen un firme impedimento para las exportaciones, que se deben eliminar mediante un acuerdo de libre comercio para ser más competitivos.

En los últimos tiempos Uruguay ha ido aumentando sus exportaciones a China, pero la firma de un TLC potenciaría aún más las ventas; así como atraería a los inversores chinos. El país asiático es uno de los principales inversores del mundo.

No obstante, las inversiones en Uruguay son muy pocas. Un TLC, sin duda, ayudaría a un aumento de las mismas. Las inversiones que traerían oportunidades de empleo se podrían concentrar, básicamente, en infraestructura, telecomunicaciones, carreteras, puertos, aeropuertos, entre otros.

En el ejercicio de la Presidencia Pro Témpore uruguaya del Mercosur, el presidente Lacalle Pou ha propuesto a sus socios avanzar, entre otros, en el acuerdo con China. En esta etapa de recesión económica global se hace necesario restablecer el diálogo con China sobre la base del TLC que en su momento el país asiático planteo al Mercosur; así como a Uruguay, con el cual se suscribió un acuerdo de asociación estratégica.

También, el gobierno chino, a través de su Embajador. Wang Gang ha expresado al presidente Lacalle Pou su interés permanente en suscribir un TLC con Uruguay.

Queda claro que para Uruguay tanto China como la Unión Europea son dos mercados esenciales para la exportación de nuestros bienes, en particular, por la relativa significación que van teniendo actualmente Argentina y Brasil. Mientras, Estados Unidos viene teniendo cierta relevancia como destino para algunos productos, caso recientemente de la carne bovina.

Un aspecto a tener presente es el presidente Bolsonaro, ya que a los cambios que profundizo en política exterior brasileña desde que asumió el gobierno, pareciera que en la actualidad con esta pandemia económica y sanitaria tiene un rumbo incierto.

La profundización de la integración regional ya la había dejado a un costado desde que asumió, expresando que no era su prioridad a diferencia del gobierno de los Fernández, pero ahora se estaría debilitando su imagen y la política exterior con su postura de seguir negando la gravedad de la pandemia del Covid-19; su cuestionada posición sobre la protección ambiental que lleva a que sea criticada la gestión ambiental de su gobierno; así como las críticas a sus socios comerciales más importantes, caso de China y Estados Unidos.

Esas posturas y actuaciones, también, podrían perjudicar al Mercosur. Si bien, China hace más de diez años que reemplazó a Estados Unidos como principal socio comercial de Brasil. Sin embargo, la agenda política de Bolsonaro se asemeja más a la de Trump.

Pero, las fuertes tensiones entre Estados Unidos y China puedan tener consecuencias negativas en el Mercosur, por la falta de coordinación política entre Argentina y Brasil.; por consiguiente, ello podría ser un obstáculo a la propuesta que pretende el presidente Lacalle Pou de acercamiento a China; así como también avanzar con los Estados Unidos. Pero, el presidente manifiesta la posición de estar cerca de ambos países.