Correo de los Viernes - Una presidencia promisoria

Una presidencia promisoria

Por Jorge Ciasullo

El presidente de la Comisión Europea es el funcionario con el principal cargo ejecutivo de la Unión, también presidente del Colegio de Comisarios, integrado por 27 miembros, uno por cada país integrante de UE, que son seleccionados y propuestos por el presidente. Entre las atribuciones de la Comisión se encuentran: proponer leyes al parlamento europeo; proponer el presupuesto y asignar los fondos; velar por el cumplimento de las leyes, etc. El presidente es quién representa al bloque internacionalmente.

La designada presidente de la Comisión Europea, Úrseula Van der Leyen, es hija de uno de los primeros altos funcionarios alemanes que integraron la Comisión, nacida en Bruselas, habla alemán- su lengua nativa- francés e inglés. Estudió economía y luego se gradúo en medicina. Ejerció profesionalmente -ginecóloga- hasta que se integró a la Unión Demócrata Cristiana. Ángela Merkel la integró a su equipo en el año 2009, siendo el miembro más antiguo de su gabinete. Ocupó el cargo de Ministro Asuntos de Familia y Juventud (2005/2009); Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales (2009/2013); Ministro de Defensa (2013/2019).

Madre de 7 hijos, de fuerte carácter, fue deportista de elite (equitación) y es miembro de la Iglesia Evangélica de Alemania.

Ha demostrado una fuerte personalidad, votando leyes en contra de destacados miembros del ala conservadora de su partido, como la del matrimonio homosexual, o la que permite la adopción de hijos a parejas homosexuales. También se sensibilizó con el drama de los refugiados, adoptando un sirio e integrándolo a su familia. Hecho que relató en el parlamento europeo: "tuve la suerte de acoger en mi familia a un refugiado sirio de 19 años, aterrorizado y traumatizado por la guerra, que no hablaba alemán. Cuatro años después, ayuda en su comunidad de día y estudia de noche, habla alemán, árabe e inglés. Es una inspiración para todos".

Sorpresivamente, a principios del mes de julio, surgió candidata del Partido Popular Europeo. El Consejo Europeo, acordó proponerla ignorando a todos los demás candidatos, incluido el socialista holandés Frans Timmermans, favorito en las encuestas para ocupar el cargo.

El 2 de julio de 2019, fue propuesta su candidatura, siendo elegida el 16 de mismo mes por 383 votos, 9 más de los necesarios. Su discurso de presentación fue calificado como ecologista, europeísta y feminista. Prometió proponer la reducción de CO 2 hasta en un 50% como mínimo para 2030; crear una tasa que grave las importaciones de países que no cumplan una condición de reducción de CO2 equiparable a la europea; un plan de inversión sostenible y un seguro europeo de desempleo. También acordar para la UE un salario mínimo; establecer cuota de mujeres en los consejos de administración y lograr un “acuerdo verde”.

Para esos planes o proyectos, deberá contar con la mayoría de los eurodiputados, algo que no parece fácil, toda vez que los gobiernos ultraconservadores de Hungría y Polonia, que se atribuyen tanto la caída de Timmermans, como su nombramiento, ya han pedido contrapartida. El gobierno de Orbán hizo públicas sus demandas: “El apoyo de Hungría no es incondicional, tenemos expectativas definidas de la nueva presidenta de la Comisión y velaremos por los intereses del pueblo húngaro.” Orbán, reiteró sus demandas a Bruselas, en el sentido de poner fin a la inmigración, respetar a los países de Europa Central y “abstenerse de violar” la soberanía. Se refiere a la insistencia de Van der Leyen, de que los gobiernos de países de la UE deben fortalecer y respetar un estado de derecho.

De inmediato Van der Leyen respondió que logró su cargo en votación secreta: “en democracia, mayoría es mayoría.”

Van der Leyen, asumirá el 1º de noviembre y su primer desafío será el Brexit, algo que mientras algunos miembros sostienen que deben cumplirse las fechas pactadas -31 de cctubre- otros advierten que debe, previamente, solucionarse el problema fronterizo que se plantearía a la salida de Gran Bretaña, entre Irlanda e Irlanda del Norte. En ese sentido su posición es intermedia: "Estoy dispuesta a aceptar una nueva extensión de la fecha de salida, si se necesita más tiempo, por una buena razón".

En cuanto a la migración, ha sostenido que se requiere un nuevo pacto de la UE en este sentido, agregando, además, en clara referencia a la posición de algunos políticos: “en el mar hay un deber, el de salvar vidas”.

En lo que respecta a la región, Von der Leyen apoyó el Acuerdo Unión Europea-Mercosur, que se convertiría en una de las mayores zonas de libre comercio del mundo. Sin embargo, considerando su posición ecologista y presionada por los “grupos verdes”, condicionará el avance del acuerdo a que, particularmente Brasil, no continué con la deforestación de la selva amazónica para aumentar su producción de carne para ser exportada a Europa.

En definitiva, parecería que sus posiciones oscilan algunas conservadoras y otras liberales, cada una con su lógica y hasta poderosas razones, de su capacidad de diálogo y negociación dependerá su futuro y el de la Unión Europea.