Correo de los Viernes - Un Caos perverso

Un Caos perverso

Por Darío L. Pimentel

Caos es la palabra que aparece toda vez que se analiza la actividad de la salud pública. La presidenta de Asse, Susana Muñiz, confiesa ahora que son muy pocos los centros de asistencia habilitados por Bomberos. También hay varias instituciones que carecen de habilitación del MSP en laboratorios y farmacias. No hay controles ni organización; todo es anarquía. ¿No cuenta la población?

A veces, como ahora, escribir genera espanto. Es que no existen, para ciertos casos, palabras benevolentes. Así, en los últimos años, sólo sobreviven el drama, el terror y el caos en la salud pública uruguaya. Se recuerdan, por ejemplo, las destituciones salvajes de técnicos en centros de asistencia y las designaciones caprichosas de gremialistas para cargos esenciales en la administración Mujica; se recuerdan las estafas de empresas tercerizadas y las acciones delictivas de Alberto Silva, o los paros dirigidos y las muertes evitables en hospitales.

Tanto horror en silencio: nadie ha sido directamente responsable, nadie ha planteado explicaciones y nada se ha sabido de las escasas investigaciones. Y hoy, escribir sobre la salud pública, produce nuevamente espanto: la presidenta de Asse, Susana Muñiz, admitió que son “muy poquitos” los centros de salud públicos que cuentan con la habilitación de Bomberos.Y esas instituciones –pocas en más de 900- han sido habilitadas parcialmente, a través de “servicios puntuales”; porque la “habilitación” se ha realizado por servicios y “no por centro”. Muñiz dijo que “estamos trabajando” con bomberos para llegar a un acuerdo para conseguir “habilitaciones lo antes posible”.¿Cómo se ha llegado al extremo absurdo de que los organismos de atención en la salud pública carezcan de una habilitación de Bomberos? ¿Por qué tanta omisión?

Pero hay más: existen varios centros que carecen de la habilitación del Ministerio de Salud Pública en laboratorios y farmacias, como, por ejemplo, el centro de la Costa. ¡Cuánta infamia!

La jerarca informó –según El País– que se postergó para 2018 la reestructuración de las farmacias y se han diferido los proyectos asistenciales que requieran recursos humanos. Agregó que quedará para atrás la creación de algunas maternidades en el interior, de acuerdo a las decisiones de los recortes de emergencia.

Por otro lado, Muñiz explicó que se ha formado un Comité de Auditorías, con la finalidad de detectar y solucionar toda situación irregular. Así, por ejemplo, se efectuará un seguimiento de las acciones de empresas tercerizadas, algunas de las cuales, en el pasado reciente, estuvieron envueltas en estafas y sobornos.

Por fin: se analizarán los procesos de compras y gastos observados por el Tribunal de Cuentas y las pensiones y patrimonios de usuarios de las colonias psiquiátricas. Además, se fiscalizarán las áreas de farmacias, hemoterapia, internación y emergencia. Todo quiere decir que, hasta ahora, ha seguido dominando la anarquía y el caos en toda la salud pública.

A veces, como en este momento, escribir genera espanto. En agosto de 2015 las colonias psiquiátricas Etchepare y Santín Carlos Rossi saltaron a la notoriedad por ataques de perros a internos (un hombre muerto por ese motivo) y denuncias de situaciones deplorables de atención y deterioros edilicios. El 13 de julio pasado las colonias otra vez sobre el tapete: un sexagenario internado por décadas en Santín murió aplastado por la zorra de un camión. Se reiteraron en estas circunstancias las denuncias sobre la situación de esos centros psiquiátricos.

Se reveló que falta personal; hay turnos que quedan descubiertos y es insuficiente el funcionariado para la atención de los pacientes. Se reconstruyen pabellones, pero quedan algunas en total deterioro. Se cuentan 901 funcionarios para los dos centros. Esas instituciones tienen 748 internos (412 en Etchepare y 336 en Santín). Existen relatos que aseguran que el ausentismo es muy grande y entorpece la articulación de los organismos. La vida de los internos es penosa y la mayor parte ignora la realidad.

En las colonias faltan actividades recreativas. Expertos han afirmado que “en las colonias no se puede rehabilitar a nadie”. Autoridades esperan el cierre de las instituciones, que no implicará la desaparición de los predios, aunque se prohibirán los ingresos. Se procurará transformar la actividad en “hogares”, con la meta de la rehabilitación.

A cuatro kilómetros de estos centros, en pueblo Ituzaingó, existen hogares de este tipo, algunos con seis o siete internos, otros con 20. Pero allí faltan controles.