Sin temor a la apertura

Por Elena Grauert

Desconocer la importancia que tienen las empresas públicas en nuestro país, es no entender que las mismas han sido parte de nuestra cultura nacional y sirvieron como como instrumentos de política fiscal, ya sea para cubrir déficits o como una herramienta de control sobre la inflación.

Esto no significa que sea sano es que las empresas públicas en general, dejen de ser administradas como caja de recaudación, ya que a la larga siempre se termina pagando el déficit que generan, como es el caso de ANCAP, cuando no se mide la relación entre costo de producción y precio de producto final en forma eficiente, sin contar la renta monopólica mediante.

Para lograr que las mismas crezcan, se deben generar normas de sistemas de separación contable, costeo de servicio universal, unidades reguladoras fuertes de control, que se independicen de intereses que no son propios de un funcionamiento empresarial eficiente. Para ello la competencia en las empresas que sean viables, ha sido un factor de crecimiento muy bueno , como ocurrió en el 2004 cuando se abrió el mercado de celulares, ya que quien ganó mayor mercado aumentando sus ganancias fueron Antel, el puerto, el BROU o el Banco de Seguros, muestras de lo bueno que es competir para estas empresas. Incluso en el servicio de agua potable, más allá de las imposibilidades hoy constitucionales, el saneamiento en zonas del interior, se hizo en forma rápida cuando se tercerizó el servicio.

Pero es claro que la empresa número uno de las telecomunicaciones del país que es Antel, no lo es por casualidad, sino porque los uruguayos optan por sus servicios porque les da seguridad o porque está en el "ADN" nacional optar por las empresas nacionales y publicas siempre. Pasa también y mucho con Banco República y Banco de Seguros.

Por tal motivo, de acá aplaudimos al Presidente por el coraje de prohibir la presupuestación de 857 funcionarios, en medio de una pandemia sanitaria y la razón justamente es que más allá de las finanzas o necesidades empresariales, la razón del artillero es que una empresa del estado no puede adoptar una conducta abusiva haciendo caso omiso a la grave crisis, hoy hay 200.000 personas en seguro de desempleo, muchos puestos de trabajo en duda si van a continuar o no, y a esa realidad de pérdida económica debe ser receptiva la empresa pública. Se podría decir incluso, que es hasta una muy mala política publicitaria, que va contra la propia confianza que la empresa ha ganado a lo largo de su historia.

Es evidente que haber hecho ingresar más de 857 funcionarios de un plumazo, sin considerar la repercusión política ni consultar, era una clara bofetada a todos los que hoy están pasando mal.

¿Cómo explicamos a quien pierde el empleo, o a quien está en seguro de paro? ¿Cómo le decimos al monotributistas que no sabe cómo pagar la luz o el teléfono, que cierra cortina ,que una empresa del estado, impunemente incorpora un disparate de empleados, sin importar lo que está sucediendo?.

El Secretario General de SUTEL, en un programa periodístico dijo , que la presupuestación no se había hecho el año pasado por la prohibición constitucional, habría que advertir que la causa de la norma constitucional es no cambiar la situación funcional de los organismos , hasta que se cambie el directorio de las empresas, eso aún no había sucedido , por tanto la razón de la prohibición se mantiene, más allá de las formas aparentes.

Antel puede y debe competir y puede y debe prepararse para ello, la apertura de la fibra óptica para que puedan brindar dicho servicio empresas de cable, es una decisión que incluso está plasmada en una sentencia de la Suprema Corte de Justicia que estableció la inconstitucionalidad de la norma que estableció la prohibición. Por tanto , claramente una medida de dar estabilidad a una cantidad de personas que las nuevas autoridades pueden entender lo contrario, claramente viola las normas de buen proceder administrativo.
El presidente renunciante , había mantenido toda la estructura administrativa, manteniendo un "estatus quo" e inmovilidad , que no se acompasa a los cambios de apertura y competencia que se le quiere imprimir. No tengo duda que la apertura agrandará el mercado y renovará las fuerzas de competencia de Antel manteniéndose como la empresa líder y hará que los precios sean más justos, sin ser necesario realizar grandes auditorias, porque la competencia sanea el sistema.

Ademas universalizará aún más el servicio, haciendo más eficiente el uso de la red de fibra óptica propiedad de Antel, si permite arrendar o dar derecho de uso a otros operadores para dar servicio o se une con otras redes a lugares que por la lejanía no hay fibra óptica, son miles los posible negocios, y para ello la empresa debe ser eficiente, necesitando que exista una relación racional entre los gastos y el producto y la rentabilidad de la misma, relacionado a costos asequibles y no a renta monopólica como en la actualidad.

Es importante que la competencia, porque impone a las empresas que sean eficientes, y eso beneficia primero que nada a los consumidores. La renta monopólica, son impuestos encubiertos pagos por toda la ciudadanía, quizás de la peor forma, ya que no hay control, se viola el principio de legalidad tributario, encarece los servicios lo cual redunda en el resto de los costos de producción del país, ya que hablamos de servicios esenciales.

Pero para quienes dicen que esto es privatizar, mal informan a la ciudadanía, habría que explicar que en realidad, es defender la génesis y razón de las empresas públicas, que no se crearon para saldar déficit estatales, o controlar la inflación, ni generar impuestos encubiertos , sino que su origen era que los servicios fueran baratos y accesibles a todos los ciudadano. Por lo que, los que hoy defendemos la competencia y la eficiencia, y creemos que es fundamental hacer auditorías en el caso de Antel Arena , que hoy ya vale menos de la mitad de lo invertido, es justamente defender una de las mejores empresas del Estado y que mas renta legitima puede volcar a las arcas de los ciudadanos con precios asequibles y justos.




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