Correo de los Viernes - Siguen disfrazando la inflación pero siguen subiendo los precios

Siguen disfrazando la inflación pero siguen subiendo los precios

El ministro de Economía, Mario Bergara, dijo la semana pasada que la inflación se situará a fines de año por debajo del 8%.

El actual vicepresidente, Danilo Astori, ocupó la cartera en la anterior administración y declaraba con asiduidad la “inflación está controlada” mientras los precios se aceleraban.

Estos casos demuestran el terrible error de los gobiernos frenteamplistas en materia de precios. Han tomado medidas que solo disfrazan las realidades, han engañado a la población, y han perjudicado a los más humildes.

Han acudido a subsidios (caso boleto urbano), han postergado ajustes tarifarios, han hecho pactos con empresarios, como si cualquiera de esas medidas pudiera aliviar el peso de los bolsillos.

Está bien: Bergara ubicó al IPC descendiendo, pero se trata simplemente de un índice; un índice que comprende diversos artículos. (Para el ministro, aparentemente bajará la mayoría).

Pero es cierto que el precio de los alimentos aumentó sin cesar este año, traspasando siempre el nivel del 10%.

A pocos días de las fiestas tradicionales, para comenzar, el precio del pollo superó los $60 por kilogramo y, en algunos supermercados llegó a venderse a $95. Seis semanas atrás se comercializaba a $48. El precio de los huevos alcanzó los $75 la docena.

La carne también ha sido una pesadilla todo el tiempo. (En el tercer trimestre aumentó un 20%, por ejemplo). Así, la nalga se vendía esta semana a $215 el kilo; el cuadril a $260, la colita de cuadril a $264; el matambre a $149; el lomo (ya a nivel inaccesible) a $539.

El asado, comida preferida de los uruguayos, sobre todo ahora a fines de diciembre, se vende a precios que oscilan entre $140 y $160.

¿Y la verdura? Papa se comercializa a $40 el kilo; el morrón a $50-60 el kilo; zuccini a $50; zapallitos a $30-40; berenjena $50; la lechuga $25-30 (meses atrás se vendía a $40-50, por lo tanto dirán que bajó; pero antes se vendía a $10, y no hace mucho).

El tomate cuesta ahora $35-40, pero el precio estuvo situado en $60-70 y 90; por lo tanto aseguran que bajó, pero igualmente el nivel actual es alto. El boniato está a $45; la cebolla a $40.

¿Y la fruta? El durazno cuesta $45-50; el pelón $60; la ciruela $48-60; la sandía $20 el kilo; la frutilla $120; manzana $45-60; la banana a $60-75; la naranja $20-30. (Sume, lector, y sabrá el valor de una ensalada).

Tallarines frescos cuestan $170 el kilo; ravioles $185 el ciento; ñoquis $194.

Pescado: merluza, $219; pescadilla, $209; salmón $500. Torta de atún $360 el kilo.

Helados Conaprole (como base de un amplio espectro): un litro $133; dos litros $205-225.

¿Y la bebida? El precio de los refrescos ha aumentado sin pausa: un litro cuesta $35 en la enorme variedad. Una botella de agua mineral se vende a más de $30; la cerveza $60-72.

Todo esto hace que bares y restaurantes hayan incrementado los precios, al punto que –promedio- se pague un mínimo de $400-500 por persona en un comercio medio. Nada que decir en un local de mayor nivel.

Crema dental $70 -$130 -$200; desodorantes $60-90-140; shampoo $120-130-200.

¿Encontró, lector, algo barato? Alguna duda preguntarle a Bergara.

Pero además de whisky (etiqueta negra o azul, por supuesto), puede comprar (o regalar según el momento) una botella de champagne Pommery a $2.310 o Dom Perignon a $6.156, o bombones a $500.