Correo de los Viernes - Reflexiones e incertidumbres al cierre del año

Reflexiones e incertidumbres al cierre del año

Por Tomás Laguna

El cierre de cada año nos motiva a mirar la cancha con la pelota bajo el brazo, emulando la actitud del Negro Jefe para enfriar el partido. Pero en las circunstancias en que nos movemos, la cancha está cada vez más barrosa y el partido más caliente no importa el rubro que se analice.

Hagamos un rápido repaso a los distintos rubros productivos.

Luego de aguantar la parada en forma estoica, la lechería nacional mira con esperanzadora expectativa cada nuevo remate de Fonterra, la multinacional neocelandeza que oficia de referencia en los precios internacionales. Las buenas noticias que parecen surgir de los mismos aún no tienen impacto en los precios internos, mientras el valor del endeudamiento total del sector asciende a una cifra equivalente al valor de todo el rodeo lechero del país. La resistencia y persistencia heroica de los tamberos no ha impedido que la remisión a planta cayera más del 10% en el último año, y que lo siga haciendo en el futuro. Es razonable y lógico que el rubro se auto regule a la luz de los menores precios, el punto crítico no es la menor leche producida sino los productores que no han podido sobrevivir y que difícilmente vuelvan a la actividad en el futuro.

La agricultura tiene tantas realidades diferentes como cultivos hay. Pero en términos generales los menores precios obtenidos a igualdad de costos de producción han determinado una reducción fuerte del área procurando circunscribirse a regiones de mejor calidad de suelos y cercanía a puertos. Lo primero es lógico si el rendimiento de indiferencia sube, lo segundo responde al grave problema en el alto costo del transporte carretero de carga. Omisión contumaz de los gobiernos del conglomerado. El costo de transportar la producción ha inviabilizado aquellas regiones más alejadas de puerto retrotrayendo la actividad dentro de las fronteras que el boom agrícola supo derribar para beneficio del desarrollo agropecuario. En el 2012 se constituyó una suerte de asamblea de partes integrantes de la cadena agrícola a nivel del MTOP para discutir y resolver como bajar los costos de los fletes. Muchas reuniones, un sinfín de actores convocados, nada se resolvió, nada se mejoró. Hoy están de vuelta en la misma, desde el MGAP y con la participación del MTOP se vuelve a convocar a los distintos actores de la cadena agrícola para acordar tarifas, sin asumir las responsabilidades inherentes al Estado por parte de los Secretarios de Estado convocantes. En la última cosecha de trigo el productor llegó a dejar entre el 20 y el 30% del valor del grano transportado para pagar al camionero. Inviable...

Haciendo referencia al trigo, dejó de ser un rubro rentable. Los rendimientos de indiferencia ya superan los 4.000 kgs y aquellas variedades que permitirían llegar a esos rendimientos son todas de mal comportamiento sanitario. Este año por obra y gracia del clima la sanidad fue aceptable, pero hubo problemas con el contenido de proteína determinando que mucho grano cosechado terminara como ración. Es razonable pensar en una fuerte retracción del área a sembrar en 2017, por lo que en el futuro volveremos a ser deficitarios en este cereal, y de exportadores pasemos nuevamente a importadores. Se pierde además un cultivo clave en la rotación con soja, afectando la sustentabilidad de los sistemas agrícolas en el largo plazo. La buena noticia la dio la cebada, la cenicienta del invierno. Este año con rendimientos record de más de 4.000 kgs, prácticamente igualando la capacidad de malteado de las empresas. Al igual que la ganadería, una solución para alentar la expansión de este cultivo es la exportación “en pie”, esto es grano sin procesar. En definitiva lo que importa es mantener opciones en materia de cultivos invernales para sustentar al sistema agrícola.

La soja bien gracias, así como la lechería mira Fonterra, los sojeros no pierden referencia en los precios de Chicago, cuyos mejores precios alientan la siembra del principal cultivo en cuanto a su peso en la canasta de la exportación. El clima acompaña y esto no es poca cosa en el ánimo de siembra para la soja de segunda. Las estimaciones indican un área un 4% menor al año anterior, que de mantenerse un verano con lluvias regulares seguramente compensará en rendimiento el volumen total cosechado.

El arroz es un dramático capítulo aparte. Cada año resigna más competitividad al punto de poner en cuestionamiento la viabilidad futura de este tenaz rubro agrícola. No obstante todo indica que se mantendrá el área sembrada en el entorno de las 180.000 has.

Por último la ganadería de carne, afectada por una reducción del 12% en los precios en dólares respecto un año atrás, pero en más del 22% medidos en pesos constantes, y por lo tanto en capacidad de compra. Esto ha determinado que arreciaran las acusaciones de colusión contra la industria por parte de los productores, pero en los últimos tiempos incorporando el componente de la propiedad de ganado en corrales de engorde por parte de la propia industria. Discusiones interminables e inconducentes, cuando la mayor preocupación debe referirse a mantener los mercados y muy en particular la cuota 481, que nos permite ingresar a Europa sin arancel con ganado de corral. Este beneficio otorgado por la UE a Estados Unidos y al que luego se “colgaron” Australia, nuestro país y más recientemente Argentina, está siendo cuestionado en su uso por el propio beneficiario original que parecería no estar dispuesto a compartirlo. Esto último pone en riesgo un canal de exportación que ha dinamizado desde la cría a la propia extracción con productos de alto valor. Ante este panorama, sin estar en crisis ni cosa parecida, la ganadería ha pasado a asumir una posición defensiva, de incertidumbre y reservas respecto del futuro.

Pasando raya, podemos definir el panorama general como de muy alta incertidumbre con luces entre amarillas y rojas según los rubros.

Mientras tanto todos aquellos aspectos que hacen a la competitividad de la producción nacional siguen en retroceso. Tarifazos, mayor presión fiscal vía IRAE establecido en la rendición de cuentas, infraestructura vial destruida, tipo de cambio planchado para controlar la inflación, en fin, el país productivo brilla por su ausencia en las acciones del superior gobierno.

Peor aún, hay que soportar el discurso exitista del Ministro de Economía, las necedades para justificar el ajuste fiscal que apenas empieza, y una suerte de aire displicente como que está todo bien por parte de los jerarcas que integran el Poder Ejecutivo. Nos curten a verso con historias imposibles como el TLC con China mientras apuestan a pleno a la inversión extranjera jugándose todas las fichas a UPM antes que apalancar la producción nacional. ¿Quién te ha visto y quién te ve? ¿No era que había que apostar al país productivo antes que la inversión foránea?

Se va el 2016, lo bueno es que falta menos para que se vaya este gobierno si es que nuestra sociedad despierta de su letargo tercermundista...