¿Es Miranda reclamando reducir la movilidad al máximo o Michelini llamando a los militantes a aglomerarse? ¿Es Orsi pidiendo "toque de queda" o Cosse habilitando a los salones de fiestas para trabajar como bares? ¿Es la "cuarentena general obligatoria" que reclamaban al inicio o los cientos de movilizaciones y marchas que organizaron luego? Esta aparente falta de coherencia, no es más que una fachada detrás de la que se esconde la verdadera estrategia: decir ¡no!, oponerse en todo el momento al gobierno. Ese es el verdadero Frente Amplio.

El martes pasado, en una entrevista para diario argentino La Nación, el Presidente Lacalle Pou fue consultado sobre el relacionamiento del gobierno con la oposición. Luego de aclarar que en Uruguay no hay "grieta" -como sucede en Argentina-, Lacalle puntualizó:

"Nos cuesta relacionarnos con el Frente Amplio porque es muy difícil saber qué es el Frente Amplio y quién es el Frente Amplio. Este es un gobierno que ha recibido la central sindical cuatro o cinco veces, más que los empresarios; que ha recibido a los gremios médicos a más de uno; han estado los distintos partidos políticos, pero hoy el Frente Amplio de mi punto de vista tiene una vocación muy fuerte de oponerse al gobierno, lo que será una de sus principales funciones, pero muchas veces con cierta irracionalidad".

Es evidente, por el contexto en el que se inscribe la pregunta, que el Presidente Lacalle Pou no tuvo intención de poner en duda la longevidad del Frente Amplio, su caudal electoral o su estructura interna, como aseguró la ofendida dirigencia opositora luego de revelada la entrevista.

Por el contrario, con esa simple interrogante, el Presidente dejó en evidencia -y eso es lo que realmente duele- la hipocresía estratégica del Frente Amplio. Tan vieja como el propio partido. Que aplican como oposición y también cuando son gobierno.

"Como te digo una cosa te digo la otra", resumió el expresidente Mujica con precisión. Y así lo hicieron, con éxito, durante una década y media. Unos decían una cosa, otros decían otra. Un día decían una cosa y al otro la opuesta. Eran gobierno y oposición al mismo tiempo. Tan descarados fueron, que tuvimos que presenciar movilizaciones en contra de sus propias políticas, pero con consignas en contra de "la derecha".

Hoy opinan sobre la deteriorada situación social que ha dejado la pandemia, pero ninguno menciona que el Ing. Martínez, siendo Intendente de Montevideo y futuro candidato a la Presidencia por el Frente Amplio, le escribía cartas públicas al Presidente de su propia fuerza política, para "sensibilizarlo" sobre la pobreza y las personas en situación de calle. Fue hace apenas tres años y no había pandemia.

Luego de la derrota electoral, estos dobleces se multiplicaron. De ahí que la interrogante planteada por el Presidente Lacalle Pou revista oportunidad: ¿Quién es el Frente Amplio realmente? ¿Quién habla en su nombre? ¿A quién escuchamos? ¿Con quién discutimos?

La reciente revelación de Rafael Michelini es una muestra clara y contundente de esta estrategia. ¿El Frente Amplio es Michelini promoviendo aglomeraciones explícitamente o Miranda pidiendo rápidamente su renuncia? ¿Es el "Pacha" Sánchez diciendo que las declaraciones de Michelini fueron "infelices" o Astori para el que la decisión de separarlo de su cargo fue "exagerada"?

¿Es Orsi proponiendo un estado de excepción para reducir los contagios o Cosse habilitando a los salones de fiestas a funcionar como bares?

¿Es el caceroleo frustrado que organizó su militancia esta semana o el dialogo nacional que vienen reclamando sus dirigentes?

¿Los que reclaman mayor eficiencia en el control de las aglomeraciones o los que denuncian casos falsos de "violencia policial"?

¿Los que reconocen que la negociación por las vacunas no es sencilla o los que argumentan que se perdió tiempo?

¿Los que votaron la mitad de la LUC en el Parlamento o los que la llevan a referéndum?

¿Los que piden recursos extraordinarios o los que no votan el impuesto a los salarios públicos para el Fondo Covid?

¿El respeto irrestricto a las propuestas del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) o la defensa de la multitudinaria marcha por el día internacional de la mujer?

¿Los que solicitaron cuarentena obligatoria o los que organizaron y promovieron cientos de movilizaciones y marchas?

¿Los que se opusieron al comienzo de clases en las escuelas rurales o los que critican la suspensión en una coyuntura crítica como la actual?

¿Los que pidieron un "cerco estricto" en Rivera o los que votaron en contra al cierre de fronteras durante las fiestas?

¿Los que están preocupados por la situación de estrés actual de los CTI o los que mandataron a sus médicos a renunciar a sus cargos de dirección al comienzo de la pandemia?

¿La crítica intransigente o la "mano tendida"?

Esta aparente falta de coherencia -coadyuvada a veces por una conducción endeble-, no es más que una fachada detrás de la que se esconde la verdadera estrategia: decir ¡no!, oponerse independiente de la circunstancia. Si se cierra un sector, piden abrirlo; si se abre, piden cerrarlo. Y así, con todo, todo el tiempo.

No quieren un dialogo nacional ni que al país le vaya bien, quieren ganar la próxima elección y volver a hacerse con el poder. Esa es la realidad. Y ese es el verdadero Frente Amplio.