Correo de los Viernes - Puñalada trapera

Puñalada trapera

Por Consuelo Pérez

La bancada de Senadores del Frente Amplio resolvió en ajustada votación postergar la aprobación de la ley de medios para después de las elecciones, accediendo a un pedido del Dr. Tabaré Vázquez.

La decisión desnudó nuevamente las diferencias que existen entre los integrantes de la coalición de izquierda, refrendando el apodo que en su momento calificó a la forzada sumatoria como una “colcha de retazos”.

Sería razonable en una situación normal de cosas, recordar la opinión del propio presidente en ejercicio (?), José Mujica, con relación a la implementación de una ley que reglamente lo que ésta reglamenta, pero como tantas otras veces, los dichos del primer mandatario pierden valor al naufragar en un mar de contradicciones. Por eso es que su afirmación de que “la mejor ley de medios es la que no existe” engrosará el acervo de frases, dichos, actitudes, promesas e iniciativas proferidas por Mujica, y que “murieron al nacer”.

El hecho concreto es que el Frente Amplio SÍ votará una ley de medios, que fue calificada incluso como “fascista, antigua, inconstitucional, mal redactada y autoritaria” por el senador nacionalista Sergio Abreu.

Las diferencias internas sucumbirán a la “obediencia debida” y los brazos enyesados cumplirán con su cometido, como ha venido ocurriendo desde que las mayorías absolutas han sido utilizadas con ese criterio autoritario.

Eso no es novedad, y otras leyes controvertidas están haciendo estragos en la salud, en la enseñanza y en otras áreas que sistemáticamente se han ido degradando bajo el efecto del poder irracional e inconsulto.

El asunto es que ahora se acercan las elecciones, y el candidato oficialista manifestó su oposición –a Mujica – de que se vote ahora esta ley.
No porque esté en contra de seguir coartando libertades, sino porque en épocas electorales, la oposición podría advertir a la población en ese sentido, y votos son votos…

Es por eso que sin ningún rubor –faltaría más– el doctor Vázquez toma la iniciativa de ocultar al ciudadano las reales intenciones que, entre gallos y medianoches terminarán concretándose. Decimos esto porque como los tiempos no dan, seguramente se convoque además a una sesión extraordinaria, dado que el período legislativo termina el 15 de septiembre.

Esto no es otra cosa más que autoritarismo del bueno por parte del oncólogo: hacia dentro y hacia fuera, incluso con anterioridad a ejercer el mando, si gana.

Parecería que en estos años de reposo, las ansias de poder absoluto se han exacerbado en el médico, que respaldado en los mecanismos también autoritarios de sus “compañeros”, está dispuesto a transitar por el camino del ocultamiento y el engaño, lo que ha quedado demostrado al negarse a opinar públicamente con relación a su “goebelístico” pedido.

Esa es la sensación que nos deja su comportamiento, refrendada por los incondicionales legisladores cuya actitud fue calificada como de “poco valor” por Constanza Moreira.

Ciertamente que el ocultamiento es peor que la verdad, y confiamos en que la inteligencia de nuestro pueblo así lo aquilate.

En la jerga acorde a Martín Fierro, recordará el amable lector que se denomina puñalada trapera a la que se ejecuta por debajo del poncho, a traición.