Si bien los tres socios plantearan la reducción del AEC, pareciera que esta vez tomaran en cuenta la realidad arancelaria de cada sector como pretende el gobierno argentino, es decir, contemplar sus sensibilidades, pero se incluirían todos los sectores, tales como, bienes de capital, informática, automotor y actividad manufacturera. Argentina entiende que dicha revisión traería consigo dudas e inconvenientes jurídicos en otros instrumentos conexos del Mercosur.

Con relación al libre comercio automotor en 2030, Brasil propondría una convergencia para que los acuerdos bilaterales celebrados en ese sector tengan un régimen común en el ámbito del Mercosur, ya que siempre dicho sector ha estado por fuera del esquema, regulado de manera específica y, ahora Brasil pretende incorporarlo a la normativa del Mercosur.

El canciller Solá ha reiterado la vocación argentina de estar en el Mercosur y permanecer en el mismo y, se pretende discutir que en cada capítulo de las negociaciones en curso, en especial Corea del Sur se tome en consideración las sensibilidades de los sectores que el gobierno argentino va a proponer. No obstante, se mantienen las diferencias con Brasil y Uruguay con relación a avanzar con mayor celeridad para celebrar acuerdo de libre comercio.

El nudo gordiano sigue siendo el rechazo del gobierno del presidente Fernández a negociar nuevos TLC en el ámbito del Mercosur con terceros países, en especial Corea del Sur y Singapur.

Mientras, el gobierno argentino ha definido como prioritario negociar junto al Mercosur con grupos de países de la región (sudamericanos) y países centroamericanos. Sin embargo, esto no sería prioritario para los otros tres socios.

También, el canciller Solá en esa vocación de permanencia que afirma para Argentina en el Mercosur, ha manifestado que quiere que se reincorpore a Venezuela. De esa manera, el gobierno argentino estaría dejando de lado los fundamentos jurídicos y políticos por los cuales se suspendió al régimen de Maduro por la vulneración de los principios democráticos y por no apegarse a las cláusulas del Mercosur, quedando suspendida de forma indefinida.

También, manifestó su deseo que se incorporen Chile, Bolivia, Perú y Colombia.

Pareciera, que el presidente Fernández en vez de solucionar las diferencias con Brasil que es su principal socio, estaría en la línea de la postura de CFK y otros integrantes del gobierno de retomar el vínculo kirchnerista con Maduro. Es decir, la línea modelada por la vicepresidente más próxima a Maduro y alejada de la postura política y económica de Bolsonaro.

En suma, recientemente las posturas enfrentadas entre Argentina y los demás socios se incrementaron hasta la decisión de retirarse de las negociaciones del Mercosur, luego se moderaron las posiciones con la marcha atrás del gobierno argentino y varias videoreuniones, pero los puntos álgidos que distanciaban a Argentina del resto de sus socios siguen sin resolverse.

Si bien, pareciera que el gobierno argentino se quiere mantener junto a todos los miembros del Mercosur, la reiteración de Brasil, Paraguay y Uruguay de reducir el AEC, aun contemplando la situación de muchos sectores industriales como propuso la cancillería argentina, no deja de ser un dilema que tendría que resolver el presidente y el canciller si negocia o no dicha baja y en qué condiciones, ya que es contrario a la misma.