Posteriormente comunicó de lo actuado a la población, en conferencia de prensa en la que los medios presentes pudieron hacer sus preguntas. En forma simple y directa, se informó con relación a la gestión técnica, profesional, que el gobierno había asumido.

"Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo yo", reza la frase del filósofo español José Ortega y Gasset en su obra Meditaciones del Quijote, y que alude a la vida de los seres humanos y los elementos que la van forjando. Suponemos que su autor no se enojaría si la extendiéramos, para el caso, a la vida de las Naciones. Es que la gestión mencionada se inserta en una serie de circunstancias que la hacen posible, conveniente y muy necesaria.

Por supuesto que podríamos extendernos en asuntos relacionados con el Mercosur, con el humor y coyuntura de los socios del mismo, en los posibles "pro y contra", en las opiniones de cada uno de los uruguayos - porque todos estamos hablando del tema - y en las opiniones de algún que otro chino. Porque obviamente las circunstancias del gigante son muy distintas a las nuestras. Para nosotros significaría una mejora sustancial en las relaciones comerciales con nuestro principal "cliente", y para ellos significa, seguramente, otra cosa.

La inserción en el mundo supone desafíos y compromisos, en todos los asuntos, y más aún en el comercial, donde "nada podemos esperar sino de nosotros mismos" a la hora de apostar a la calidad, a la excelencia, al cumplimiento de metas. Temer a esto, o poner objeciones, es temer no a la muerte económica, es temerle a la vida y a las posibilidades de los individuos y las organizaciones. En este sentido, no dudamos en que ya aparecerán las críticas, apuntando a la "defensa de las fuentes laborales" cuando es precisamente eso, las posibilidades de crecimiento, lo que se persigue y alienta.

"Este gobierno desde hace mucho tiempo ha manifestado su intención de avanzar hacia el mundo con todos los socios del Mercosur, pero al mismo tiempo, se ha dicho, que, de no ser posible, Uruguay lo iba a intentar", manifestó el Presidente con relación al objetivo, frustrado muchas veces en gobiernos anteriores, que no quisieron o no pudieron lograr que nuestro país se abriese al mundo.

El camino se ha comenzado a transitar, se espera que esta etapa se sortee en este año, y además, el mandatario aseguró que no es necesaria la aprobación de los parlamentos de los demás países que integran el Mercosur para que Uruguay pueda firmar este Tratado de Libre Comercio con China.

No se conoce aún la posición del Frente Amplio, pero no olvidemos que el mismo se había convertido, en alianza con el PIT-CNT, en un actor con "derecho a veto" en las grandes decisiones nacionales. Y recordemos que para una mayoría del Frente Amplio un TLC con Estados Unidos era inaceptable, y la oportunidad naufragó por ese motivo, entre otros. Ciertamente ahora las mentadas circunstancias son distintas, pues así lo quiso el pueblo, y el gobierno cumplirá con su programa al implementar los mecanismos para que la gestión culmine, más allá de contar o no con las deseables aprobaciones. Sin aspavientos, y sin "cuentos chinos", de los que estamos hartos, y por los que hemos perdido muchos millones.

Además de la innegable importancia que el asunto tiene, el hecho de haber acaparado las redes, la prensa, los noticieros, las opiniones de los descreídos, las advertencias de los sesentistas anclados al pasado, y el reconfortante optimismo de la mayoría, nos indica que no nos dábamos cuenta de lo mucho que nos apretaba el corsé.