El reportaje que le hizo El País al expresidente Mujica dio para muchos enfoques y comentarios, sobre todo por el cúmulo innecesario y abusivo de malas palabras y groserías, como expresadas a propósito. Por atrás del ruido, no hay que olvidar lo que dijo Mujica sobre el pasado reciente, una versión nuevamente falaz.
El periodista le comentó a Mujica:
- El presidente del directorio del PN, Pablo Iturralde, ha dicho que los tupamaros deben unas disculpas al pueblo uruguayo.
- Sí, se las debo. Cuando el pueblo uruguayo nos precisó para pelear en la calle, para enfrentar la dictadura, no estábamos, estábamos en cana. Esa es la disculpa que le doy.
- ¿Y por los hechos de sangre?
- Eso también. Pero como guerrilla debe de haber sido la cosa más civilizada que ha habido en la historia de América Latina, porque acá una vida cuesta mucho. Pero que el PN no se me ponga porque yo conozco la historia del PN. No jugaban a la payana en las guerras. El toque de degüello...
Las dos respuestas son resbalosas, pero merecen algún comentario. La primera de ellas demuestra vanidad, protagonismo en exceso y la alucinación propia de los movimientos violentistas, pero, con todo, reconoce que los tupamaros no estuvieron al momento de luchar contra la dictadura -contradiciendo la leyenda creada por ellos mismos- ya que todos estaban "en cana". Esa fue la historia real; los tupamaros se alzaron contra la democracia y al 27 de junio de 1973, cuando se disolvió el Parlamento y se suspendieron todas las garantías constitucionales, los integrantes de la guerrilla ya estaban todos presos.
La segunda respuesta es más polémica, porque Mujica intenta diluir la responsabilidad de los tupamaros en los asesinatos, los secuestros y las bombas, comparando nuestra situación con lo ocurrido en otros países de América Latina. Es indudable que hubo guerras civiles y guerrillas peores que la nuestra, pero Uruguay no puede compararse con otras naciones, sino que debe compararse consigo mismo, es decir, con su historia de acuerdos políticas, con las mejores políticas de distribución de la riqueza de América Latina, con todo un siglo XX de paz y de conciliación política.
Mujica dice que en las guerras civiles ocurridas hasta 1904 había degüellos masivos, Si, lamentablemente así era. Pero esos tiempos violentos fueron superados a través de una democracia ejemplar, esa misma que hasta el Che Guevara pidió a los uruguayos que cuidaran, en 1961, cuando vino a una conferencia, y los tupamaros se dedicaron precisamente a destrozar.
Dos perlitas más para sumar a la larga lista de engaños, fabulaciones y relatos falsos que ha caracterizado al movimiento tupamaro.
J. C. D.
