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Mentiroso contumaz

Al igual que el líder nazi Joseph Goebells, el ministro Bonomi sabe que si repite una mentira muchas veces, la gente creerá que es verdad. Ya manipuló las cifras sobre las rapiñas. Ahora ¡somos mejores que el FBI en la aclaración de los homicidios! ¿No podría callarse por un tiempo?
El señor Bonomi ha intentado hacer las cosas bien. Corrigió el discurso sentimental y romántico de los ex ministros del Frente, que creían que a los delincuentes casi que había que condecorarlos porque eran pobres. Sostuvo que la pobreza puede ser uno de los factores de la delincuencia, pero no el único.
Desarrollo también una política carcelaria mejor que las anteriores, con construcción de nuevas celdas e inversión en el sector.
Pero tiene un fuerte déficit en sus presentaciones: adulteró las cifras sobre el delito general y sobre la rapiña, mintiendo en forma deliberada y profesional, sobre lo que ya nos hemos referido en Correo. En 2015 el Ministro reconoció en un reportaje concedido a Búsqueda que la base de datos inicial era errónea y que iba a corregirla con asesoramiento de la Universidad de la República y del Poder Judicial, lo que nunca ocurrió, pese a lo que, al poco tiempo el ministro –apurado por la irresponsable promesa del entonces candidato Vázquez, en la campaña de 2014, de que las rapiñas iban a bajar un 30%– empezó a sacar de la galera rebajas irreales de baja en los delitos.
En ese frenesí mentiroso que le lleva a decir cosas que la gente sabe en las esquinas cotidianas que no es verdad, proclamó que la policía uruguaya tiene un porcentaje de aclaración de homicidios mayor al del famoso FBI de Estados Unidos. No sabemos cómo hizo Bonomi la comparación y si tuvo en cuenta los factores demográficos y culturales, pero ¿tenía necesidad el Ministro de tamaño exceso? ¿No pudo haberse callado con humildad, sabiendo que la población sufre casi en silencio y en soledad el acoso de la violencia en las calles, dónde mueren personas inocentes?
La mentira y la demagogia son vicios terribles.
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