Marcelo Abdala, "el abogado del diablo"

Por Edu Zamo

El excelente escritor australiano Morris West describe, en "El abogado del diablo", el conflicto interno de un sacerdote que debe buscar los pecados del hombre que un pueblo italiano quiere canonizar. En su investigación va surgiendo el conflicto entre el bien y el mal, las grandezas y debilidades humanas, que le hacen muy difícil cumplir la misión encomendada. Pero no es el objetivo de estas líneas analizar la obra, aunque bien vale la pena leerla.

Hay casos donde la realidad es mucho más clara, más obvia que en el libro. Los países son gobernados por dos tipos de sistemas: democracias o dictaduras. Las primeras respetan la libertad humana, los derechos, e incluyen mecanismos independientes para protegerlos. Es el caso de nuestro país y de naciones avanzadas como Canadá, Australia, EE.UU., Francia, Italia, Costa Rica, Israel o Japón, entre muchos. Las dictaduras, sin distinción, se parecen entre sí. El nazismo, fascismo, comunismo o las teocracias islámicas, supuestamente opuestos, son en la práctica similares. Todos ellos concentran el poder en un grupo dirigente, que considera las discrepancias como "traición", y que escudados en una ideología encarcelan, torturan y asesinan sin consecuencias. Al menos mientras duren en el poder.

En América la dictadura más antigua es la cubana, donde el Partido Comunista gobierna desde 1959, en un país empobrecido y del cual casi todos quieren escapar. En las últimas semanas, cientos de miles de cubanos salieron a las calles a protestar, pidiendo libertad, comida, vacunas... todo lo que permite una vida digna. La represión ya ha encerrado a cientos y hay numerosos asesinados. Como no podía ser de otro modo, la ruinosa Venezuela chavista, hoy encabezada por un dictador brutal responsable de 6.000 muertos, se solidarizó con Cuba. No con su pueblo -obvio- sino con su tiranía.

En Uruguay, donde muchos que nadie vio durante la dictadura se presentan como "héroes de la resistencia", podría esperarse de todos los sectores una plena solidaridad con países que viven oprimidos. Y así es en el caso de los partidos que integran la coalición multicolor, así como de la inmensa mayoría de los ciudadanos. Pero hay excepciones. Una de ellas es la del secretario general del PIT-CNT, Marcelo Abdala. Este lamentable admirador de dictadores, declaró en 2017 ante Nicolás Maduro que el "movimiento obrero y el pueblo uruguayo es solidario, cariñoso y amigo de la revolución bolivariana". "Venezuela es una nación asediada donde se quieren generar las condiciones para una ruptura institucional muy grave". Hay mucha distancia si se compara "lo que dicen los grandes medios y se miran los hechos concretos". Hace pocos días, en su coherente defensa de regímenes asesinos, declaró sobre las protestas masivas en Cuba: "Ahí está la larga mano teñida en sangre del imperialismo norteamericano que condenamos". Frente a la embajada cubana afirmó que lo que hay es "una movida mediática, artificial... gente que sale a las calles no a manifestarse pacíficamente sino a dar vuelta autos, robar electrodomésticos, prender fuego... ¿es casualidad? No compañeros, es una ingenuidad atroz pensar que es una casualidad. Ahí está la larga mano del imperialismo que condenamos". Sobre la situación en la isla, remarcó: "Cuba tendrá sus procesos, sus dilemas, sus cuestiones para corregir, pero es un pueblo en el poder, es un pueblo que organiza su democracia a la manera que ellos lo entienden, y hay que decirlo sin temor: respaldamos al pueblo cubano, a su gobierno y a su revolución".

La hipocresía de Marcelo Abdala es total, despreciable. Circulan por todo el mundo videos de la represión policial y de matones con palos financiadas por el régimen, golpeando y secuestrando violentamente a pacíficos manifestantes. Esos sí son el pueblo cubano. No la dictadura que defiende el PIT ni la "revolución" que ya no existe, porque fue sustituida hace 62 años por el despotismo. Después y con cara de inocente veremos cómo el mismo "sindicalista" inventa actos represivos en Uruguay, y se opone a leyes democráticamente votadas en el Parlamento, que cuentan con un claro apoyo ciudadano. Es que personajes así no representan al pueblo uruguayo, representan sólo lo peor y más fanático de nuestra sociedad. Los dictadores, todos (Stalin, Franco, Castro, Videla y los demás) terminan siempre en el "basurero de la Historia", abandonados incluso por quienes los apoyaron. Allí mismo terminarán Nicolás Maduro y Díaz-Canel, y también sus insignificantes lacayos como Marcelo Abdala. Porque en Cuba, como dice la canción rebelde, pronto no habrá más muertos, sino "Patria y Vida".




Aunque la vistan de seda, la mona, mona queda...
El Batllismo es Colorado
Julio María Sanguinetti
La educación en malas manos
Israel e Irán
Manipulación histórica
Mal presagio
Disco rayado...
El ABC de los populistas
Uso indebido del batllismo
La UAM no termina por superar las dificultades de gestación y parto...
Tomás Laguna
Intransferible
Consuelo Pérez
Proyecto de Ley de Paridad
Jorge Ciasullo
La "Entente Cordiale" de abril de 1904
Daniel Torena
Bienvenidos al populismo de derecha
El metaverso del autoritarismo latinoamericano
Sus erecciones, nuestras palizas
Amnesia e impunidad: la dictadura cubana tiene experiencia en violentar embajadas y asesinar civiles que buscan asilo
Frases Célebres 986
Inicio - Con Firma - Ediciones Anteriores - Staff Facebook
Copyright © 2021 Correo de los Viernes. Publicación de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.